El desarrollo de nuestra inteligencia emocional

La inteligencia emocional, al igual que muchas capacidades de nuestra mente, puede ser fomentada y desarrollada, hasta puntos que no conocemos y que pueden sernos de una gran ayuda a la hora de alcanzar nuestro éxito y felicidad.

La mayoría de las personas creen que nuestra mente funciona bajo un mismo patrón, es decir, el de darle conocimientos nuevos, el que los aprenda y el ejecutarlos en la vida real, pero sin embargo, no es así.
Está comprobado que a partir de determinada edad, nuestro cerebro deja automáticamente de absorber tanta información de nuestro alrededor y pasa a ejecutar y manejar aquello que ya tiene.
Es como si fuera un ordenador, que durante los primeros días de vida va engrosando su memoria RAM con programas y softwares con el fin de ser efectivo. Cuando pasa un tiempo, su misión es la de ejecutar y dar uso a todo aquello que tiene almacenado.

La realidad aplicada a nuestra inteligencia también es así, pero bajo otro punto de vista. Nuestra mente solo maneja aquello que ya tenemos en nuestro interior y asocia patrones y modelos de la vida real, a su interpretación, basándose en lo que tiene en su interior.
Un niño, el cual durante sus primeros doce años de su vida, ha sido educado bajo el conocimiento de que Dios existe...probablemente cuando tenga veinte años tendrá en su mente conocimientos de quien es Dios, pero si a ese niño, nunca en sus doce años de vida se le menciona ni oye la palabra "Dios", lo más probable es que cuando cumpla los veinte y lo escuche por primera vez, le sea algo desconocido y "no asimilable", ya que no se encontraba como dato en su mente.

Nuestra inteligencia emocional, está basada en actitudes que hemos experimentado ante diversas sensaciones y emociones reales. Puede que unas sean correctas y otras no tanto, pero en la vida, aprendemos a asociar determinadas situaciones a algo que almacenamos en nuestra mente, y de ahí, a una posible consecuencia.
Vemos a alguien con los ojos rojos y llenos de lágrimas y automáticamente asociamos que está triste y le ha sucedido algo malo que la haga estar así, por lo que actuamos en consecuencia a esas sensaciones.

Nuestra base de datos ya la tenemos, y ahora sólo nos queda aprender que aunque es difícil aumentarla, sí que es muy fácil moldearla y adecuarla a nuestra vida y objetivos, con el fin de que nos sea más fácil y ameno el llegar hasta donde queremos llegar.
La mente humana puede adaptarse y controlarse y eso hará que aumentemos nuestra inteligencia emocional para crear nuestros propios parámetros y modelos.

Ante determinadas situaciones, por ejemplo, no es fácil controlar nuestra ira, enojo o enfado que algo o alguien nos ha provocado, pero aprender a que nuestra propia mente se desarrolle en función de nosotros mismos y de nuestros propósitos y no de los que te expone el mundo a tu alrededor, es verdaderamente importante y de suma utilidad ante futuros problemas que podemos encontrarnos.

Me acuerdo un caso que leí, en el que hubo un incendio en una sala de un hotel, en la cual se estaba realizando una reunión de trabajadores.
Cuando saltó la alarma de incendios y la gente empezó a ver el humo y el fuego, todos empezaron a gritar, a correr hacia la primera puerta que se veía, todos atascados, aprisionados y causando daños por todos sitios. La gente se caía, lloraba y se daban empujones los unos con los otros para llegar cuanto antes a la salida.
Uno de los que estaba dando la reunión, en vez de correr como todos, se calmó, controló su miedo y con una tranquilidad pasmosa se retiró a una esquina para no sufrir daños por parte de los demás.
Cuando la gente se golpeaba por salir por la puerta principal, el se dirigió al lado opuesto, en el que había una pequeña ventana, se quitó la chaqueta, golpeó  y rompió los cristales y salió por el estrecho hueco.
El ya llevaba varios minutos fuera cuando la gente empezó realmente a salir del edificio.

El desarrollo emocional de esta persona para saber controlarse en un momento como este, fue tal que le hizo salvar su vida ante una posible catástrofe, y no es que esta persona fuera más o menos inteligente que los demás, simplemente gozaba de una capacidad para no ser gobernada por sus propio cuerpo ante las situaciones de la vida real.

Yo controlo, que para eso es mi cuerpo y mi mente

Difícil, pero no imposible, hacer de tu mente tu arma y tu herramienta para enfrentarte a la vida, a sus problemas y a las adversidades que encontrarás en ella. Sólo así, conseguirás equilibrio que te ayudará a alcanzar tu felicidad y tu éxito personal en aquello que te propongas.
Desarrolla tu inteligencia emocional y te aseguro que descubrirás un nuevo modelo de vida.


Autor: Ying Yang

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