Una madre, aparentemente tranquila, que está metiendo a su hija de cinco años en el vehículo, después de salir del supermercado, y mientras le está poniendo el cinturón de seguridad, está escuchando como en el coche de al lado, otro padre está haciendo lo mismo, pero con una tensión y estrés mucho mayor que ella.
El padre empieza a gritarle a su hijo, y a decirle que se quede quieto, que tiene mucha prisa por llegar a casa y que todavía tiene que meter las bolsas en el maletero. El niño de repente empieza a llorar, lo que pone más nervioso al papá, que a su vez lo agita más, lo vapulea y empieza a gritarle con más fuerza.
La mamá, por el contrario, que parecía estar tranquila, termina de ponerle el cinturón a su hija y comienza a subir las bolsas al coche. En ese momento y pendiente al comportamiento que estaba teniendo el padre del vehículo de al lado, su hija le dice que tiene ganas de orinar.
La madre le dice que si no puede esperarse un ratito. La niña le dice que no puede aguantarse. La madre empieza a ponerse nerviosa y le dice a la niña que porqué no se lo había dicho antes, y había esperado hasta última hora para decirlo, todo esto ya con un tono de voz más fuerte y brusco.
La niña empezó a ponerse triste y la madre la sacó del coche y la llevó con prisas al cuarto de baño del supermercado, agarrándola de forma brusca de la mano y llevándola casi sin tocar el suelo.
Sin que se hubiera dado apenas cuenta, la madre se había dejado influenciar por el entorno emocional que el papá de al lado había creado, y había perdido su propio control adquiriendo el que su entorno le había puesto.
Así funciona este mundo.....
¿Qué significa este ejemplo?
Simplemente que el entorno en el cual te mueves, irradia unas sensaciones en el ambiente que te repercuten en mayor o menor medida, y más aún si no sabes controlarlas.
La mamá de la que hablamos, estaba tranquila consigo misma hasta que la situación que el padre del coche de al lado había provocado con su hijo, la hizo poco a poco acumular una tensión que sobrepasó su propio control, haciendo que perdiera ese equilibrio de tranquilidad en el que se encontraba.
Cabe plantearse la pregunta de cómo habría reaccionado esta madre si no hubiera habido nadie a su alrededor, si hubiera estado sola....o mejor aún, ¿qué habría pasado si el padre que ocasionó todo esto, se hubiera comportado de otra forma con su hijo?.
¿Habría cambiado la forma de actuar de la madre? ¿Y si es así....por qué?
Nuestro entorno ejerce una influencia en nosotros, aunque no la notemos o pensemos que no exista.
Daniel Goleman en su libro INTELIGENCIA EMOCIONAL
, comenta que dentro de los cinco tipos de capacidades emocionales que existen, hay la capacidad de gestionar y controlar las emociones de los demás y de tu ambiente.Lo peor de este tipo de situaciones, es que tienen la capacidad de influir en nosotros, pero no percibimos que lo están haciendo. Es como si actuaran camuflándose.
Por tanto ahora nos podemos preguntar: ¿Sería posible que se contagiaran también las emociones positivas?
Pues si lo malo se contagia, ¿por qué no iba a hacer lo mismo lo bueno?
Un entorno agradable y de bienestar emocional, provoca que se introduzcan en nosotros de forma inconsciente, sensaciones que nos hacen sentir bien, y por consiguiente repercute en que respondamos emocionalmente de la misma forma.
El saber gestionar las emociones de tu entorno es fundamental para tener control sobre tí mismo y que nada externo altere dicho control.
Un ambiente puede radiar alegría, tristeza, ira, negatividad, bienestar, etc.....cada uno despide en mayor o menor medida aquello que está viviendo en ese momento, y ya solo está en tí mismo el aplicar a tu mente los filtros necesarios para dejar pasar las emociones y sensaciones que te interesan y censurar las que te perjudican.
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