El concepto erróneo de los remordimientos de conciencia

Seguro que habrás tenido en algún momento de tu vida, remordimientos de conciencia sobre algo que hiciste y que tu sentido común, tu educación, tu desarrollo o tu ética te decían que estaba mal.

Muchas personas llegan a tener serios problemas sobre "comerse demasiado la cabeza" con algún asunto en particular, y esto puedes conducirles a frenarles su desarrollo personal.

Es recomendable tener claros una serie de conceptos básicos, que la gente suele olvidar, y sobre los cuales se basa el equilibrio mental.

El pasado, el presente y el futuro, tienen cada uno su dimensión, su estructura y sus limitaciones.

El pasado, supone algo que ya no puedes cambiar, por mucho que te esfuerces, por muchas vueltas que le des a la cabeza.

Cuando cometes un error, lo estás cometiendo en tu presente, y éste, de forma automática, se convierte en tu pasado, el cual ya no puedes cambiar.

En estos casos, lo que la mayoría de las personas suelen hacer, es tratar de cambiar el presente, para de una forma u otra, tratar de corregir el error que cometieron en el pasado, o hacer que su repercusión y daño, sea menor.

Del futuro, mejor ni hablamos, porque ni existe, ni tiene definiciones sobre las cuáles se pueda hablar.

Bueno, vamos al grano......

Cuando uno hace algo mal, y empieza a tener remordimientos de conciencia sobre lo que ha hecho, puede ser por varios motivos:

-No querías hacerlo, pero lo hiciste porque no tenías más remedio y la situación del momento lo requería. Te viste forzado a hacer algo que no querías.

-Lo hiciste porque te convenía hacerlo y después, tu mente te decía que eso estuvo mal, porque va en contra de tus principios o tu forma de ser. Pudo más sobre tí, el egoísmo y las tentaciones, que tus propios principios y forma de ser.

-Hiciste algo de forma inconsciente y después te diste cuenta de lo que realmente llegaste a hacer, y al sopesarlo, comprobaste que estuvo mal.


Si te fijas bien, todos los enfoques que quieras darles, siempre terminan en tener remordimientos de conciencia por algo que ahora, en el presente, piensas que está mal, pero que en el pasado (cuando lo hiciste realmente), algo te hizo ir en contra de tí mismo.

Pero....¿cómo puedo dejar de comerme la cabeza con algo que hice?

Casi todos los problemas se solucionan con enfoque.

Tienes remordimientos de conciencia sobre algo que has hecho, y que ahora, no te deja vivir tranquilo y estar en paz contigo mismo, ¿verdad?.

¿Acaso el pensar tanto sobre ese asunto, te ayudará a mejorarlo, a cambiarlo o a volver atrás en el tiempo?

Por favor, vuelve a hacerte la pregunta, y date una respuesta, no la leas como el que está leyendo la tabla de multiplicar.

Bueno, como no quieres dártela, te la daré yo mismo........¡¡¡¡NO!!!.

Cuando tienes cargas mentales de este tipo, realmente lo haces porque tratas de encontrar en tu mente una solución que te haga quedarte más tranquilo contigo mismo.

Es una especie de parche mental, como el que barre la casa y echa la basura debajo del sofá o la alfombra. Todo parece limpio, pero en verdad sigue habiendo la misma mierda.

No hace falta que me digas la excusa de que es muy difícil dejar de pensar en algunas cosas. No te quito la razón, pero también tienes que dármela, que ahora, en el presente, es una pérdida de tiempo el comerte la cabeza para simplemente quedarte mejor contigo mismo, ¿no crees?.

Hay cosas que pueden resultarte muy difíciles, y otras sin embargo, resultan ser muy estúpidas, así que ¿qué prefieres?

De hecho, la solución es tan sencilla como volver a recrear en tu presente, la misma acción que tuviste en tu pasado, y esta vez, hacerlo como tú crees que es correcto.

Si le has gritado a alguien y te has dado cuenta de que eso no ha estado bien, simplemente vuelve a hablar con esa persona y pídele perdón por los hechos, de forma sincera. (El perdón es la máquina de reciclaje de nuestra vida)

Si has hecho algo que ya no puedes corregir o reproducir en la actualidad, para que puedas rehacer lo que hiciste en el pasado, tan solo te queda la opción de archivarlo en tu mente, pero archivarlo en un lugar muy especial........el de las experiencias sobre las que aprender.

Usa tus errores para avanzar, mejorar, sacarle su punto positivo y darles su pequeño grado de utilidad en tu desarrollo personal y en tu vida.

Los remordimientos de conciencia tienen una solución realmente fácil, y tan sólo requiere tener una actitud y un enfoque ante las cosas, algo distinta a la que tienen la mayoría.

Si un problema tiene solución...¿por qué te preocupas?. Si un problema no tiene solución....¿por qué te preocupas?

¿Sabes que casi el 80% de los miedos del ser humano, suelen ser causados por sus propios pensamientos?

Comerte la cabeza con algo, es entrar en conflicto contigo mismo, dejando a un lado la realidad. ¿De qué te sirve que ganes una batalla en tu mente, si eso no cambiará la realidad de las cosas?

Piensa de forma que el pasado sólo te sirva para aprender y avanzar de forma más efectiva y no para que te frene y retenga tu desarrollo personal.

Y para terminar, un relato (que me trajo a la mente mi amigo Kike):

Dos monjes caminaban varios días hacia su monasterio. Cuando llevaban dos días de camino, se encontraron junto a un río, a una mujer llorando en su orilla.

Los monjes se acercaron a ella y le preguntaron qué le pasaba, a lo que ella respondió:

-Mi padre ha fallecido en mi pueblo, que está al otro lado del río, y ahora no puedo ir a velar su muerte, porque no puedo cruzar el río, y me da miedo hacerlo sola.

La mujer añadió:

-¿Podríais ayudarme a cruzarlo?. No podría perdonarme si no consigo ver a mi padre antes de su supultura.

Uno de los monjes, el más joven, le respondió:

-Lo siento señora, pero nosotros hemos hecho un juramento y no podemos tocar a una mujer por nada en el mundo.

La mujer, se quedó llorando y en ese momento se acercó a ella el monje más viejo y le dijo:

-No te preocupes mujer, súbete a mi espalda y te llevaré a la otra orilla del río.

La mujer se subió a la espalda del monje y éste la llevó al otro lado del río, junto a su compañero detrás de ellos.

Cuando lo cruzaron, la mujer le dio las gracias y ambos monjes siguieron con su camino.

Ya cerca de llegar a su monasterio, el monje más joven le dijo al otro:

-Perdona que te lo pregunte, pero no puedo aguantarme más y me estoy comiendo la cabeza con lo que has hecho antes. 
¿Por qué has ayudado a esa mujer si tenemos un juramento en el que nuestra doctrina nos dice que no podemos tocar a ninguna?

A lo que el otro monje respondió:

-Yo tan sólo he llevado a esa mujer conmigo el tiempo que ha durado el cruzar el ancho del río, pero sin embargo tú, todavía la llevas dentro de tu mente, y no eres capaz de dejar de pensar en ella.


No te comas la cabeza con situaciones que pasaron. Puede que estuvieran mal, puede que tengas ahora remordimientos de conciencia con ellas, pero por muchas neuronas que quieras quemar, no lograrás cambiarlas, y lo único que conseguirás, será lo que hace todo el mundo, autoengañarse para poder dormir mejor.

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