Cómo superar la ansiedad generalizada en nuestras vidas

Pues sí, eres una víctima más de la ansiedad generalizada que tu entorno te está provocando en tu vida.

Un grandísimo porcentaje de personas, vive una vida sumida en un estrés y una tensión que no es propia para los seres humanos.

Tan sólo tienes que salir a la calle y comprobarás como casi todo el mundo va caminando a paso ligero, como si hubiera una especial prisa en llegar a algún sitio.

Esto es así porque el hombre de hoy está sometido a un ritmo de vida superior al que debería.

Por consiguiente, se crea una ansiedad base que hace que empieces a ver tu vida en modo espectador, como si fueras en el tren de alta velocidad, viendo pasar el paisaje sin apenas tener tiempo de apreciar los detalles.

Esa es la vida que están llevando la gran mayoría de los seres humanos, y luego, por consiguiente llegan los problemas y las quejas.

La necesidad de ralentizar tu vida

Totalmente obligatorio que le impongamos a nuestro estilo de vida un ritmo que podamos dominar, porque de lo contrario nos veremos obligados a ir a un ritmo incómodo para nosotros, haciendo que crezca nuestra ansiedad básica.

Nadie te tiene que decir a qué ritmo debes llevar tu vida.

Ya lo comentamos en este post, el porqué era tan necesario ralentizar tu vida, los beneficios que te traía y cómo podías hacerlo de forma efectiva.

Entiendo que puede ser difícil, sobre todo porque la educación que hemos recibido ya trae de por sí el lastre de una determinada velocidad, la cual debemos seguir para que nos vaya bien.

Se les inculca de forma inconsciente a los niños en su educación, que si no siguen ese ritmo, esas pautas ya establecidas por la sociedad, puede quedarse atrás y por tanto, fracasar en su vida.

Nada más lejos de la realidad.

No hay nada mejor como pisar el freno y sacar la tijera para cortar además cosas innecesarias.

Esto nos favorece a la hora de aprovechar mejor lo que vivimos, experimentar y sacarle más partido a lo que nos ocurre, apreciar mejor lo bueno que hacemos y lo malo también.

Cuando pisamos el freno, nuestra percepción se abre y nuestra mente afronta con más calma lo que tiene por delante, y por consiguiente, la ansiedad base disminuye de forma considerable.

La necesidad de aplicar amor a todo lo que hacemos

Un punto de lo más difícil de aplicar en los días que vivimos.

Hemos llegado a un momento en nuestras vidas en el que hacemos algo tan sólo para quitárnoslo de encima.

La agenda se llena de cosas, de obligaciones que tenemos que hacer y mejor hacerlas cuanto antes para así tener más tiempo.

Dejamos de saborear y apreciar muchas cosas básicas y el amor prácticamente ya ni hace acto de presencia en el estilo de vida del hombre de hoy.

Cuando dejas de darle amor a las cosas que haces, estás dejando de darte amor a tí mismo.

La ansiedad no tiene cabida en una persona que se detiene para hacer las cosas con cariño, paciencia y amor.

Las personas tan sólo piensan en el día de mañana, en lo que les depara el futuro, sin darse cuenta de que están malgastando sus vidas ahora mismo, en este preciso instante en el que no le han dedicado el suficiente amor a algo que han hecho.

Las cosas que haces en tu vida, no pueden ser obligaciones, ni cargas, ni cosas que tengas que hacer porque así está escrito sino cosas que te aporten valor.

No trates tus momentos del día a día como el que afronta un día de trabajo en el que tiene que realizar cincuenta llamadas desde la oficina lo antes posible para terminar su jornada cuanto antes.

Si te vas a cepillar los dientes, no lo hagas como rutina, ni porque así debe ser sino apreciando cada detalle de lo que estás haciendo. Usando el tiempo que estimes oportuno (como si te tienes que pasar diez minutos con el cepillo en la boca) y exprimiendo al máximo lo que haces, aunque parezca insignificante.

El mejor ansiolítico que existe

La cantidad de ansiolíticos que se consumen en este mundo es increible.

Siempre he pensado que la mejor cura para la ansiedad es aprender a apreciar los detalles de las cosas que te rodean.

Como si tuvieras el botón mágico mediante el cual pudieras pausar y poner en cámara lenta todo lo que supone tu día a día y tu vida en general.

Que fueras capaz de hacer que el día tuviera para tí cincuenta horas y no veinticuatro.

Que mentalmente fueras capaz de darle al "stop" y quedarte fijándote en algo que te ha pasado, usando el tiempo que estimes oportuno para ello.

Que dejaras de oir voces en tu interior que te digan qué debes hacer cuándo debes empezarlo y cuándo terminarlo.

La vida de cualquier persona está llena de preciosidades y momentos espectaculares que no somos capaces de ver debido al ritmo que llevamos, a la ansiedad que este ritmo nos ha acumulado en nuestro interior.

Superar la ansiedad generalizada es algo que todos pueden hacer y lo único que se requiere es llevar una vida adecuada para nosotros mismos, saber donde está el freno, el boton del "pause" y apretar el puño para sacarle todo el jugo a cualquier cosa.

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