Tener una relación de pareja, está asociada de forma inconsciente con el amor, con el cariño, la felicidad y el bienestar mutuo entre dos personas que se aman.
Pero....del dicho al hecho, hay un grandísimo trecho.
En la sociedad de hoy, más de un 60% de las relaciones de pareja acaban en separación.
Si te paras a pensar un momento (sobre todo si tienes pareja actualmente), y piensas en los primeros momentos en que la conociste, la primera vez que la besaste (si te acuerdas), y los primeras sensaciones que empezaban a brotar en tu corazón, podrías preguntarte: ¿Por qué ahora todo ha cambiado? ¿Por qué ahora ya no siento lo mismo que antes y con la misma intensidad?.
Bueno, es un efecto secundario que suelen tener casi todas las relaciones de pareja y es el principio del final.
Es igual que el que lleva toda su vida delgado y de repente empieza a engordar. No ve cómo engorda diariamente porque no nota el aumento de peso, pero sí que se da cuenta un día cuando se pesa y se mira en el espejo, que ha engordado varios kilos y que le sobran los flotadores por la panza.
El amor nace, crece, se reproduce y al final puede llegar a morir, pero no porque él quiera, sino porque nosotros lo permitimos.
Por tanto, podemos deducir que el tener una relación sentimental con alguien, tiene sus efectos secundarios ante los cuáles hay que estar prevenidos o.......¡¡adiós a todo!!.
Las incompatibilidades
Cuando conoces por primera vez a alguien, es normal que todo vaya a mil por hora.
No tienes apenas información sobre esa persona, no la conoces lo suficiente y por mucho que te digas a tí mismo que es el amor de tu vida, nunca lo sabrás todo de ella hasta que el tiempo no vaya pasando.
Por tanto, cuando el tiempo avanza, empiezan a salir parámetros de conducta de cada persona, que no tienen porqué coincidir con los que tú ya tienes.
Se crea entonces un conflicto interno en el que te enfrentas a mediar en tu relación.
Tener un enfoque correcto y actuar con inteligencia es primordial para que todas las incompatibilidades en la pareja, puedan encajar y que se desarrolle una vida conjunta de forma equilibrada.
Que algo no te guste a tí, no quiere decir que no le pueda gustar a nadie más.
Que algo no esté bien visto por tí, no quiere decir que esté mal a nivel general.
Que tú hagas las cosas de una forma, no quiere decir que sea la única forma de hacerlas.
Tener sentido común y aprender a ver las cosas desde el punto de vista de los demás, es muy importante para ayudarnos a superar incompatibilidades en nuestra relación.
Las discusiones
El paso siguiente a las incompatibilidades.
Siempre he pensado que el que discute con otra persona, simplemente le gusta cometer estupideces.
No hay mayor estupidez que discutir con alguien, y mucho más con tu pareja.
Es una pérdida de tiempo total no te lleva a ningún sitio y tiene muchísimos efectos negativos.
Todos los demás conceptos, incluidos el que provocó dicha discusión, desaparecen.
El resultado es que ambos bandos pierden, aunque uno lleve la razón y el otro no......¡¡ambos salen perdiendo!!.
El que se cree ganador, lo único que ha conseguido es derrotar y humillar emocionalmente a la otra persona y hacerle entrar en un estado defensivo para la próxima vez que haya una disensión contigo.
A nadie le gusta salir perdiendo y mucho menos cuando se discute, por tanto....¿para qué hacerlo?
Saber llevar con lógica e inteligencia emocional aquello que sentimos. No dejarnos superar por nuestras emociones y ver el verdadero propósito de las cosas.
No tengas miedo ni preocupación por no llevar la razón, porque el único que necesita saber esa información, eres tú.
Si tú ya sabes qué es lo correcto, intenta transmitirlo de forma que evite cualquier enfrentamiento.
Hay muchas formas de hacer que las personas vean y entiendan tu punto de vista, sin necesidad de entrar en ninguna discusión.
Cuando esto se produce en las parejas, se siembra una pequeña semilla de resentimiento que es casi indestructible con el tiempo y alerta a la persona a defenderse la próxima vez que se vea en una situación similar.
Simplemente no discutas y usa tu mente.
( Te recomiendo leas el libro "Cómo ganar amigos e influir en las personas", de Dale Carnegie. En él podrás aprender mucho sobre cómo hacer que las personas hagan lo que tú quieres, sin que se den cuenta de ello)
La rutina
Sin darte cuenta, entras en un día a día monótono e igual al anterior.
Se crea una repetición de actos y ésto en las relaciones de pareja, provoca el "efecto rutina".
Cuando sientes amor (o cualquier otra emoción) y empiezas poco a poco a obviarla y a darla por hecho, ésta cada vez empieza a hacer menor efecto en tí.
Es igual que cuando tomas todos los días un mismo medicamento. Llega el punto en que tu cuerpo se adapta de tal forma a él, que ya no surge efecto.
Normalmente, la rutina en las vidas aparece por la comodidad y la tranquilidad de tener ya algo seguro.
Es decir, cuando ya tienes pareja, estás conviviendo con ella y empezáis a poneros objetivos mutuos, das por hecho que el amor y los sentimientos están ahí y siempre estarán presentes.
Pero la realidad no es así.
Una relación sentimental sana, tiene que estar en contínuo desarrollo y movimiento.
Si no lo está, se vuelve un charco de aguas pantanosas y de mal olor.
Ausencia de amor y sentimientos
Es típico decir: "Es que ya se me acabó el amor".
Perdona pero los sentimientos no se acaban nunca.
Simplemente los matas tú mismo.
¿Quien es el culpable? Pues tú.
No busques excusarte en los defectos de tu pareja, en lo mal que convivís, en los problemas que habéis tenido, etc....
Absolútamente todo tiene solución, si pones el amor en primer lugar.Veo parejas que se empiezan a formar y están en sus primeros momentos, ahí todo el rato poniendo sus mejores poses en las redes sociales para que los demás presencien lo felices que son.
Ojalá cuando pasen varios años, tengan la misma intensidad, los mismos deseos y haya aumentado el nivel de amor en su relación.
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Lamento decirte que este sentimiento es de los más frágiles que existen y resulta tremendamente fácil de que empiece a esconderse en vez de salir.
¿He dado en el clavo con algo de lo que te he comentado aquí? Seguro que sí.
Llevo ya muchos años de pareja (muchos por lo menos para la edad que tengo) y he aprendido a base de experiencias, lo que podemos llegar a fabricar en nuestra propia relación.
La mía en particular tuvo un punto crítico en la que estuvo a punto de desvanecerse.
La clave para que saliera a flote y brillara con una intensidad mucho mayor que en los primeros momentos, es enfocarla bien y tener claros algunos conceptos básicos.
Todo lo demás, viene de añadido.
Y tú....¿has sufrido algunos de estos efectos en tu relación de pareja?
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