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1 de abril de 2015

Secretos psicológicos sobre cómo adelgazar con éxito

Parece una gran obviedad, pero se que ha quedado escondida a los ojos de las personas que quieren adelgazar con éxito......¡¡el comer menos!!.

Si en tu cuerpo entra mucho y sale poco, es lógico que empieces a engordar.

Si por el contrario, entra menos y empieza a salir un poco más.....cada vez más tendrá que ir tirando de lo acumulado.


Aunque te cueste aceptarlo, creas en los milagros o te hayan hablado de un método excepcional para bajar de peso rápida y efectivamente, la verdad es que todo se basa en lo que entra por tu boca y en lo que eres capaz de quemar con tu cuerpo.

Simple.

Sin embargo, hay secretos psicológicos que te ayudan a encauzar mucho mejor el adelgazar o adquirir una buena forma física.


¿Por qué comes?


Porque tienes hambre y se te apetece algo, ¿verdad?.

Pero ¿por qué unas personas se sacian antes que otras cuando el estómago es prácticamente igual en todo el mundo?

Todos necesitamos comer y alimentarnos para sobrevivir, pero hay personas que tienen el límite de la saciedad mucho más alto que otras.

Aquí es donde entra en juego nuestra mente, para poder hacer que nuestro estómago y nuestro sentido de saciarnos, se reduzca considerablemente.

Imagínate que te pones un plato de comida con dos buenos filetes. Tu cuerpo y tu mente, están adaptados a que esa cantidad de comida, es normal para tí, por lo que no quedarás satisfecho hasta que no te los hayas comido los dos.

¿Qué pasa si en vez de dos, decides comerte solo uno? Pues que probablemente te quedarás con más ganas de comer.

¿Qué haces entonces? Bebes agua hasta que se tu estómago quede lleno y satisfecho.

¿Y qué haces con las ganas de comer? Aquí está el misterio, y es que realmente, cuando te llenas físicamente, también te llenas mentalmente y no sentirás apetito de nada.

Lo que sucede es que la gente sufre al tener que sacrificar parte de la comida tan jugosa, por algo insípido y tan sólo para llenarlos y satisfacerlos.

Prefieren saborear y disfrutar, y ante esa tentación, es difícil combatir.
Por tanto, llena tu estómago lo antes posible, pero con la mitad de la comida que sueles comer.

Cuando haces esto durante varias semanas, tu mente se adapta a que con la mitad de la comida, es suficiente para saciar tu apetito, y llegará un momento en que no necesitarás rellenar con nada la parte vacía que queda de tu estómago.


¿Pero cómo reduzco las ansias de comer y de llenarme?


Es muy simple.

Une a tu comida cosas que puedan llenar tu estómago lo más rápido posible para sentirte saciado con una menor cantidad de comida.

¿Y eso cómo lo hago?

Pues no te cebes comiéndote solamente los dos filetes que te has servido en el plato, y une a ese plato varios vasos de agua.

Te bebes uno antes de comer y cuando te has comido la mitad de la comida, te bebes otro.

Te aseguro que se te quitarán las ganas de terminar de comerte el otro filete.

¿Habrás pasado hambre?

En absoluto.

Es más, acabarás lleno, pero no de grasas, sino de una gran parte de agua que luego eliminarás fácilmente.
Tienes que tener presente que cuando te sacias físicamente, también tu mente queda satisfecha y no te pedirá nada más.

Aceptar la realidad de lo que comes


Te guste o no, hay alimentos que son basura y que lo único que hacen es perjudicar tu salud.

Estarán muy sabrosos y todo lo que quieras, pero no por ello cambia la realidad de lo que son.

La comida basura o los alimentos no aptos, necesitan ser visto como lo que son realmente.

Cuando empiezas a ver y comprender lo malo que tienen ciertas comidas, dejarás de sentir apetito hacia ellas.

Lo que pasa es que a nivel psicológico, el ser humano suele autoengañarse mucho y deja para mañana lo que él sabe que le traerá problemas de alimentación en un futuro.

Pero el mañana llega más tarde o más temprano.

Y cuando llegue, desearás haberte dado cuenta antes y aceptar lo que ya sabías en su momento, que estabas comiendo comida basura o que no te aportaba nada beneficioso para una alimentación sana.

Te aseguro que hay muchísimos alimentos que tienen camuflada su verdadera forma y que resulta difícil el poder ver la maldad que hay tras de ellos.

Porque lo que hacen es que están diseñados para engañar a tu cuerpo haciéndote creer que saben bien, aunque luego, una vez dentro de tí, son muy dañinos.

Es necesario de que aprendas a amar aquellos alimentos que te son beneficiosos.

Entiendo que puede que no te gusten demasiado, pero te aseguro que si te mentalizas del buen aporte que hacen a tu cuerpo, llegarás a amarlos y también a disfrutarlos.

El error de los que creen que aunque coman poco, no adelgazan nunca


Bueno, hay el típico que te dice que come poquísimo y que aún así, nunca baja de peso.

El problema de este tipo de personas es que creen que comen poco porque se han acostumbrado a una rutina alimenticia que ven normal, cuando no lo es.

Siempre les he dicho a estas personas que prueben a comer la mitad de lo que comen.

Déjate de historias de metabolismo rápido, de que tu genética está defectuosa o de aquellos que piensan que aunque coman mucho, nunca engordan.

A mí por ejemplo me pasó eso mismo.

En mi juventud, comía de todo y sin embargo nunca engordaba.

Cuando pasaron varios años, empecé a engordar y me hacía a mí mismo la pregunta: "Por qué si ahora que como menos que antes, engordo".

Sencillamente porque en mi juventud, el ritmo de vida que llevaba era mucho más activo que el que llevo ahora.

Comía de todo, eso es verdad, pero también hacía ejercicio diariamente, iba al gimnasio, corría todos los días, salía los fines de semana al campo, etc....

Ahora también es verdad que como menos, mucho menos que antes, pero sin embargo mi ritmo bajó mucho y llegó un momento de mi vida en que apenas hacía nada de ejercicio, por lo que lo poco que comía, no lo quemaba.

Vamos a dejarnos de tonterías y de echarle la culpa al que no la tiene.
Si estás gordo/a, es porque comes demasiado o porque lo haces de forma incorrecta.

El efecto negativo de prohibirse ciertos alimentos


Hay algo obvio, y es que ciertos alimentos no los debemos tener en nuestra alimentación.

Pero debemos mentalizarnos en no prohibirlos a nivel de no probarlos nunca, pues desencadenaría el efecto de Adán y Eva con la fruta prohibida, que de tanto que se le prohibió, al final sintieron tentación de probarla.

Piensa siempre que si en tu alimentación, procuras comer un 80% de alimentos sanos y naturales, aunque el resto lo dediques a comer de todo, al final adelgazarás y nunca sentirás tentación en exceso sobre ciertos alimentos.
Puedes comer de todo, siempre y cuando sea en la proporción correcta.
Prohibirte ciertas cosas, puede hacerte sentir una necesidad excesiva de caer en su tentación.


La clave para adelgazar no es hacer deporte ni ejercicio físico


Muchos son los que piensan que pueden comer de todo ya que después lo quemarán haciendo mucho deporte.

Hacer ejercicio físico es un punto a favor de perder peso, pero no el esencial, porque a lo único que te ayuda es a meterte en una vida sana y saludable.

Cuando corres, vas al gimnasio, etc.... sin que te des cuenta, estás entrando en una rutina saludable que aunque no lo quieras, beneficia muchos aspectos en tu estilo de vida, incluida la alimentación y la pérdida de peso.

No quiere decir con esto que sea fundamental, pero siempre está en el buen camino de aquellos que pretenden adelgazar.



En resumen, dos puntos básicos:

-Aprende a distinguir y aceptar lo que son alimentos beneficiosos y perjudiciales, y mentalízate de lo bueno que son ciertas comidas que ahora pueden parecerte insípidas o aburridas.

-Come menos de lo que comes ahora.


Todo lo demás, es rizar un rizo de forma innecesaria.


Y a tí, ¿qué te han parecido estos secretos psicológicos para adelgazar y bajar de peso?



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