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29 de noviembre de 2015

¿Hasta cuándo piensas seguir siendo un esclavo de tu sociedad? ¿Y por cuánto?

Hay muchos que dicen que todo en esta vida tiene precio.

Puede que tengan razón o quizás no.


Pero ponerle precio a tu vida es una gran estupidez, ¿no crees?.

Aunque te parezca raro, este artículo va dirigido a muchas más personas de las que piensas.

Personas que ponen precio a sus vidas por el mero hecho de sobrevivir en ellas.


La gente ya no vive, sino que sobrevive


Resulta curioso que el hombre, supuestamente el ser más evolucionado del planeta, todavía siga pensando que la clave del éxito y la felicidad radica en tópicos como tener trabajo fijo, estudiar una carrera universitaria, tener casa propia, formar familia, tener hijos y un millón de etcéteras más.

Me he encontrado con muchísimas personas que tienen trabajo fijo, estudios, familia y muchas cosas más y sin embargo no tienen ni una pizca de felicidad en sus vidas.

Y vemos que todavía se sigue enseñando a los niños en la escuela cosas tan estúpidas como estas.

Hay personas que limitan su capacidad de ser feliz en función de la liberación de cargas que tienen.

Es decir, disfrutas lo que tus obligaciones te dejan disfrutar.

Vives y respiras, lo que tus cargas te permiten hacerlo.

Piensa un momento y respóndeme a una pregunta: ¿Piensas seguir mucho tiempo así? ¿Y para qué?

Puede ser que el masoquismo esté ya presente en nuestro día a día y tengamos que tener dolor para que la felicidad haga acto de presencia, ¿no crees?.


¿En qué punto de esclavitud te encuentras?


Buena pregunta, que nadie se atreve a hacerse.

Es necesario que sepas el grado de libertad que tienes en tu vida, y eso se descubre de una forma muy sencilla.

Otra cosa es que te atrevas a hacerlo o no.

Resulta muy difícil desprenderse de lo que uno tiene ahora mismo en pos de buscar lo que uno siempre ha deseado.

Pero te aseguro que si no lo haces hoy, lo harás mañana.

El momento llegará. Un momento en el que te tendrás que enfrentar a tí mismo y dependiendo de lo que te encuentres en ese momento, hará que sientas que has tenido una vida de felicidad o no.

Hay personas que dicen: "Bueno, yo soy feliz con mi trabajo y con todo lo que tengo", pero la verdad es que lo que están diciendo es: "Bueno, yo soy un poco más feliz que el que tiene menos que yo, pero no soy todo lo feliz que me gustaría llegar a ser".

¿Y eso por qué?.

Porque te gusta conformarte con lo que tiene, por miedo a perderlo.

Temes que tu vida vaya a peor.

Prefieres ser un esclavo sin problemas, que un hombre libre que tiene que luchar día a día por conseguir sus sueños.

Pero ¿sabes cual es la diferencia?.

Que el primero morirá sin haberse dado cuenta de su muerte ni de la vida que ha tenido, mientras que el segundo morirá con la gran alegría de haber tenido una vida plena haciendo lo que siempre ha deseado y buscando sus sueños (aunque no los haya conseguido).


¿Cuánto vale tu vida?


¿Cuánto te están pagando para que renuncies a perseguir tus sueños?

Es una pena que tengas que trabajar para que otros consigan sus metas.

Porque eso es lo que hace todo aquel que no tiene aspiraciones, que no tiene metas, que se conforma y cree que lo mejor es lo fijo, lo estable, lo constante y lo supuestamente duradero.

Recuerdo a un amigo que me llamó el mes pasado para decirme que por fín, después de tantos años entrando en la bolsa de empleo público, lo habían contratado para ser enfermero en un hospital.

¡¡Bua!!....que maravilla, seguro que tiene que ser el hombre más feliz del mundo.

Ya puede empezar a plantearse sueños, siempre con las limitaciones de su sueldo, claro.

Ya puede dar la imagen de un hombre estable ante una entidad bancaria, para que le den un préstamo o una hipoteca de por vida.

Ya tiene su vida resuelta por los siglos de los siglos.

Y no se para a pensar de que está corriendo el mayor de los riesgos al iniciar sus bases sobre este tipo de situaciones profesionales, ya que está expuesto a dos palabras que le arruinarán su vida en cualquier momento: "¡¡Estás despedido!!".

Y reza para que no te digan esas palabras con 45 años de edad, porque si no, ve directamente al psicólogo para que trate de ayudarte con la cantidad de cargas que se te vendrán encima.

Es una pena que vendamos nuestros sueños tan fácilmente y que confundamos lo que la sociedad nos da, con lo que nosotros queremos.

Tener éxito en tu vida no es tener trabajo fijo, ni tampoco tener casa, familia, hijos o dinero.

Eso es lo que tratan de enseñarnos, pero no es así.

Te aseguro que cuando descubres la insignificancia de todo aquello que has llegado a aprender y descubres que caminar en pos de tus sueños merece la pena, tu vida se vuelve increíblemente exitosa e increíblemente feliz.


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