Se subestima mucho el poder que tiene nuestra inteligencia emocional en temas como el trabajo o nuestra actividad profesional.
Es por ello que no todos llegan a tener éxito ni consiguen alcanzar sus metas tal y como les gustaría hacerlo.
La mayoría tienen una mente cerrada que no admite salirse ni un poco de sus parámetros, y cuando algo inesperado sucede.....¿cómo lo soluciono si mis conocimientos no me muestran la solución?.
Desarrollar nuestra inteligencia emocional nos ayuda a ver cosas que los demás no ven, a superar obstáculos que los demás no pueden y a avanzar hacia un nivel que pocos podrán superar.
Desbloqueando el concepto de "bueno" y "malo"
Las cosas no tienen porqué ser buenas o malas, beneficiosas o perjudiciales. Todo lo que nos encontramos en la vida y particularmente en nuestro trabajo, es distinto y como tal, requiere enfoques distintos y por tanto, formas de actuar también distintas.
Aprende a olvidar que las personas son buenas o malas, y califícalas simplemente en "distintas las unas de las otras".
¿Por qué algunas cosas son tan difíciles?
Porque en realidad no son difíciles, sino como que son distintas.
Todo lo que te resulte complicado es debido a que no has sabido lidiar ni relacionarte de forma efectiva con esas diferencias.
Cámbiale a un administrativo el formato de la solicitud que tramita todos los días y harás de su día de trabajo un auténtico caos.
Olvida que algo es complicado y aprende a desenvolverte en el mundo de esas "complicaciones" como pez en el agua.
El yin y el yang de todo lo que te sucede
Todo lo que te ocurre, tiene su lado positivo y su lado negativo. Sus puntos fuertes y sus debilidades.
Si te centras en los puntos débiles de algo o alguien y enfocas tu esfuerzo en hacerlo productivo, estarás perdiendo el tiempo.
¿Has probado en girar la situación 180º y buscar lo bueno de las cosas?
Te aseguro que todo tiene su lado bueno, otra cosa es que tú quieras (o pierdas el tiempo) buscarlo.
Todo se contagia
Si te pegas a las personas que refuerzan su lado negativo y sus debilidades, te harás débil. Si te pegas a quienes se centran en sus fortalezas, te harás fuerte.
¿Acaso no sabes que en el trabajo, los fracasados suelen reunirse para lamentarse en conjunto de sus fracasos?
¿Que los chismosos se juntan con otros de su misma curiosidad para alimentarse entre ellos de los problemas de los demás?
¿Que los que se quejan continuamente de todo, siempre tienen a su lado a alguien que reafirma esas quejas?.
Pero sin embargo, no hacemos lo mismo con aquello que sí que nos puede beneficiar.
No nos pegamos a quien nunca se cansa de su trabajo, ni a quien todo le parece bien, ni a quien siempre está sonriendo, ni a quien siempre está feliz, ni a quien nunca pierde su motivación.
¿Quieres hacerte fuerte? Pégate a alguien fuerte.
¿Quieres fracasar? Tienes muchos fracasados a tu lado a los cuáles juntarte para que tengáis el mismo fin.
Abre un poco más tus ojos cuando vayas mañana a tu trabajo, y activa tu imán hacia la gente correcta.
La efectividad
Cada persona es efectiva en su propio terreno.
Ya lo decía Einstein: "Si juzgas a un pez por su capacidad de trepar a un árbol, se pasará el resto de su vida pensando que es un inútil".
Aprovechar la efectividad de alguien en su propio terreno, es tener una visión más amplia y que ve más allá de nuestros ojos.
No pretendas que todo el mundo tenga el mismo grado de efectividad en el mismo terreno.Es mucho más fácil ver la inutilidad de alguien que descubrir su efectividad.
Las dos cosas están presentes en la misma persona, pero aquel que se centra en lo primero, fracasa, mientras que el que descubre lo segundo, suele tener mayores probabilidades de tener éxito.
Las metas y "tus metas"
Las metas de los demás, no tienen porqué ser las tuyas.
Si mezclas tus objetivos y juzgas a los demás por ellos, puede que te lleves muchas sorpresas.
Que tú hayas alcanzado lo que para tí significa el triunfo, no quiere decir que signifique lo mismo para otros.
Aprender a manejar con inteligencia esos conceptos ayuda a que se consigan los objetivos con mayor efectividad.
Definir tus metas no es difícil, pero hacer que las metas de los demás se definan y vayan en el mismo camino que las tuyas, ya sí que lo es.
¿No resulta tan fácil ver las cosas de los demás....verdad?
La efectividad y la eficiencia
Ser efectivo es hacer las cosas bien.
Ser eficiente es hacer las cosas rápido.
Unir la efectivida y la eficiencia no es tan fácil, pero se puede conseguir desarrollando tu inteligencia emocional.
¿Por qué?
Porque podemos hacer las cosas correctamente, tomándonos el tiempo oportuno para ello, usando distintos medios para conseguirlo.
Existen muchos medios alternativos para hacer las cosas y estos medios no tienen porqué estar siempre a la vista de todos.
Por ello, abre tus relaciones y amplía tu rango mental en pos de conseguir el punto más cercano en el que puedas hacer las cosas rápido y bien.
La práctica
Entender lo que acabo de decirte es una cosa y otra bien distinta es que seas capaz de aplicarlo en tu ámbito profesional o personal.
¿Por qué?
Porque probablemente te levantes mañana, llegues a tu trabajo muerto de sueño y deseando que llegue la hora de que termine para poder irte a casa.
Si tienes un negocio, probablemente ni tengas tiempo para poner en práctica estas "chorradas", porque crees que en este mundo ya está todo escrito y seguro que estás al corriente de ello, ¿verdad?.
Es por eso que la gente que avanza y descubre cosas está en un nivel distinto al tuyo.
Nuestra mente es tan compleja que nos da miedo tratarla y ver sus capacidades.
Tenemos miedo de mirar más allá de nuestros ojos, porque no sabríamos cómo tratar con aquello que nos encontraremos.
Hay miles de caminos para llegar a un mismo sitio, pero siempre tomamos el mismo creyendo que es el mejor.
La inteligencia emocional es una herramienta que te ayuda a alcanzar metas, a conseguir objetivos de forma distinta y efectiva, que te hace desarrollarte personal y profesionalmente y.....lo mejor de todo......no tiene límites. El límite siempre lo pones tú.
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