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22 de abril de 2016

Mi relación de pareja está muriendo. Quiero un cambio

El ser humano parece tener la estúpida manía de buscar un cambio cuando ya tiene problemas.

Elegir un cambio hacia una mejoría, suele ser una reacción a algo malo que sucede y no una elección cuando todo parece ir normal.


Es por ese motivo que muchas parejas que acuden a mí, vienen con un grave problema tras sus espaldas.

Entonces me pregunto: ¿Por qué esperamos tanto a realizar un cambio?

Tenemos dos entornos en los que podemos realizar cualquier tipo de cambio en nuestra relación:


  • Ante un problema 
  • Ante la normalidad y la rutina

¿Por qué esperar a que suceda algún tipo de problema para elegir otra forma de hacer las cosas?

Pues a pesar de todo, solemos esperar a que nuestra relación llegue hasta el fondo del pozo, para intentar buscar una solución al problema.


La ventaja de elegir un cambio


Pues es toda una ventaja elegir tú mismo el querer cambiar algo y no verte forzado a realizar uno por fuerza mayor.

Pero claro, para eso hay que ser conscientes de la realidad y sobre todo aceptarla.

Si analizas bien el comportamiento de las personas, descubrirás que solemos comportarnos al contrario de como sería lógico hacerlo.

Cuando conocimos a la que hoy es nuestra pareja, nos poníamos lo mejor, nos cuidábamos al máximo para estar en su presencia, cuidabas los detalles para causarle buena impresión y pulías al máximo cualquier circunstancia para aparentar ser el hombre/mujer perfecto.

Y precisamente cuando consigues lo que buscas, es decir, cuando ya estás conviviendo con tu pareja, llevas tiempo con ella, la conoces mejor y vives el día a día con ella, es entonces cuando te muestras totalmente natural.

Ya no te pones las mejores ropas ni el mejor perfume, sino que llegas a casa y te quitas la camisa para quedarte en ropa interior, sin importarte nada.

Ya no cuidas los detalles ni tratas de aparentar ser el mejor, porque no es necesario, ya tienes lo que buscabas en casa y no hay nada más que conseguir.

Cuando precisamente deberíamos ocultarnos y camuflar nuestro verdadero yo, es cuando nos mostramos natural y como somos.

Y claro, eso mata sentimientos y emociones del pasado.

Lo que era antes, ya no es.

¿Por qué?

Porque lo que era antes tenía como finalidad el conseguir un objetivo, en este caso tu pareja.

Cuando ya la tienes, ¿qué necesidad tienes de ser quien no eres?

Es entonces cuando empieza el camino de la decepción y la rutina.


Consecuencias


Pues eso trae consecuencias y muy graves.

Sencillamente porque haces que tu relación entre en un hábito que no concuerda con lo que sucedió las primeras veces.

Es como si le das un caramelo a un niño prometiéndole que le darás más y luego lo decepcionas.

Y sin darte cuenta, poco a poco y de forma casi imperceptible, tu relación acaba muriendo.

Y entonces, llega un día en el que te tu pareja te dice que quiere hablar contigo.

Todo lo que has construido, se va al traste.

Y empiezas a preguntarte el porqué, cuál fue el problema.

Quizás no hubo ningún problema y todo era normal.

Pero tienes que darte cuenta que la normalidad y la rutina también hacen daño....y mucho.

¿Acaso no te has dado cuenta mucho antes de que tu relación no estaba bien?

Probablemente sí, pero:

  • Apenas tienes tiempo
  • No le das importancia
  • Crees que el amor nunca muere
  • O simplemente lo dejas pasar para que el tiempo lo solucione

Y todo acaba fracasando.


¿Por qué no comparas?


Una comparación es suficiente para que descubras cómo ha cambiado tu relación desde el primer mes hasta ahora.

Seguro que podrías decirme muchas cosas que antes hacías que ahora ni tan siquiera se te pasan por la mente.

Yo antes a mi mujer le regalaba flores muy a menudo.


¿Cuánto tiempo hace que no lo hago ahora?

Uffffff.....mucho.

¿Y por qué he dejado de hacerlo si sabía que eso le encantaba?

Pues la verdad que no lo se.

Eso es lo que todo el mundo se pregunta y nunca sabe obtener la respuesta.

Quizás las cosas han cambiado, quizás estás en otra etapa de tu vida en la que no tienes apenas tiempo para la persona que quieres, o cualquier otra historia que te quieras inventar.

La respuesta te la daré yo:

"No lo haces, porque no quieres".

No te ofendas, pero tu mente ha entrado en un estado de rutina, promovida por tus actos.

Cuando caes en rutina, tu mente piensa también de forma rutinaria y deja a un lado cosas como las que hacías antes.

Cuando conquistabas a tu pareja, el ser detallista con ella era la rutina principal y por eso te habituabas a ese tipo de actos.

Pero ahora, la rutina pasa a ser otra, porque a tu pareja ya la tienes a tu lado.


Es entonces cuando tu mente olvida cosas que supuestamente no son útiles en tu día a día junto a tu pareja.

¿Si ya la tienes, para qué le vas a hacer otro regalo?

Y esa rutina tan maravillosa, acaba en el olvido.

Y todo ello de forma silenciosa y sin darte apenas cuenta.

Esta es una forma de "asesinato" silencioso, en el que sin darte cuenta clavas un puñal a tu relación y esperas que se desangre poco a poco, hasta que te das cuenta de que ha muerto.

Y es entonces cuando quieres cambiar y buscar soluciones.


¿Y qué hago?


Creo que no es difícil entender lo que deberías hacer.

Es necesario que te deshagas de tu mente actual, para adquirir otra nueva forma de pensar que adquiera los parámetros que tenías antes, cuando tratabas de impresionar y conquistar a tu pareja.

No mediante actos, sino mediante pensamientos.

Por desgracia, las relaciones de hoy están cargadas de demasiados pensamientos negativos, de demasiado peso que resulta difícil de desprenderse, cuando en realidad es de lo más fácil del mundo.

¿Te has dado cuenta que entras en discusión con tu pareja con mayor facilidad que antes?

Claro, porque antes temías perderla y ahora como la tienes, ese temor no entra en tus parámetros mentales.

O te desprendes de tu mente actual, o la cosa va mal e irá mucho peor si lo dejas pasar.

El cambio no es necesario bajo circunstancias graves o problemáticas, sino que puedes realizarlo ahora mismo, cuando todo parece normal y la rutina está actuando como asesino silencioso.

Todavía estás a tiempo de detener la hemorragia que está desangrando tu relación.

La cuestión es que te mentalices del problema, que aunque no lo veas está ahí.

Y de que tomes medidas en un estado de normalidad aparente.

Ahora es el momento.

¿Qué me dices?

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