Entrenados para el éxito y no para el fracaso

Cómo conseguir éxito en tu vida....cómo encontrar la felicidad....cómo ser rico y tener dinero.

Si te fijas bien, todo parece seguir la misma pauta, la de enseñar cómo hacer o conseguir lo bueno, dejando a un lado lo malo.

Está bien conocer cuál es el camino correcto, pero, ¿qué haces si coges el de la izquierda? ¿Cómo sales de él?

Está bien dejar a un lado lo negativo, lo que retiene tu desarrollo personal, los obstáculos que se ponen en tu camino, pero, ¿qué pasa cuando no tienes más remedio que enfrentarte a ellos?

Es por eso, que se tiene mucho más en cuenta el entrenamiento hacia lo positivo, que hacia lo negativo.

No me malinterpretes, no quiero decir con esto, que aprender cosas que te ayuden a avanzar y a mejorar tu desarrollo personal, sea malo, ni mucho menos, pero no está de más, aprender y ahondar algo más en los temas sucios, en lo que todos ignoran y pocos saben su verdadero poder.

Se trata de "el arte de enfrentar el fracaso".

Me atrevería a decir, que una persona que sabe enfrentar sus problemas y fracasos, de forma correcta, sin duda, ya está teniendo éxito en su vida.

No todos consiguen hacer algo similar.

Son muchas las personas que caen ante las cargas y problemas que les brinda su entorno, la sociedad y el mundo en el que viven.

Pueden enseñarte muchos métodos sobre cómo conseguir dinero, cómo hacer negocios, cómo tener éxito en las finanzas, pero son muy pocos los que te enseñan cómo se puede sobrevivir al impacto y presión que puede tener sobre tí, el pagar a primero de mes tu hipoteca, ¿a que no?.

Suelo prestarle mucha más atención a quien me explica cómo solventó un problema, que al que me dice lo que tengo que hacer para que no me suceda dicho problema.

¿Por qué? Porque el método para alcanzar algo, puede fallar y me puedo encontrar entonces cara a cara, con lo que estaba evitando tener en mi camino, y.....¿quien me enseña ahora cómo vencerlo?

Pienso que algunas veces, se construye el tejado de la casa, sin haber construido antes los muros que lo sostengan.

Es como decirle a una persona que tiene adicción al juego, cómo ganar más dinero y de forma más fácil, ¿para qué, para que se lo gaste y aumente así su problema?.

Es necesario preparar a las personas para solventar los golpes y tropiezos que vas a tener por delante.

La educación, el primer fallo

Se enseñan a los niños cómo tienen que hacer las cosas bien, pero ¿por qué no se les enseña cómo contrarrestar el problema que se les viene encima cuando las hacen mal?

La educación, en la actualidad, está realmente anticuada, y parte de unos modelos históricos, que hace creer todavía a las personas, que enseñar a los niños de cierta forma, es lo correcto y lo mejor para ellos.

Bueno, no tenemos que irnos muy lejos para ver cómo va el mundo, y lo que se van a encontrar en él, sus sucesores.....los niños, nuestros hijos.

Además, no sólo me refiero a la educación escolar, sino a la propia educación que se recibe en el ámbito familiar.

Los padres todavía diciéndoles a sus hijos lo que deben hacer para, según ellos, sean personas de éxito.

¿Sabías que la mente de un niño se diseña mucho mejor, cuando le enseñas a ese niño cómo afrontar un problema en el cuál se ha metido?

Enseñarle a sacarle todo el partido posible a sus conocimientos, para salir del lío en el que se encuentra, es realmente muchísimo más efectivo que castigarle por haber cometido ese error.

No se trata de abandonarlo a su suerte y que afronte sus problemas, sino de que tengan como base sólida y crezcan bajo la costumbre de que un problema, puede ser resuelto.

Los tópicos y la inercia de la sociedad, el segundo fallo

Luego viene la propia inercia que la sociedad y tu entorno te impone en su vida.

Si, sí...te impone, como si tuvieras que meterlo a la fuerza en tu día a día, porque así está escrito, porque así lo dicen los antepasados, porque muchas personas así lo hicieron.

El que alguien haya hecho algo, y le haya salido bien, no quiere decir que tenga que convertirse en la regla universal para conseguir tus propósitos.

El ser humano, busca crecimiento, poder, ser alguien mejor, subir escalones en su nivel de vida.

Es por ello, que se busca la vía del conocimiento hacia cómo adquirir ese poder, ese crecimiento y esa forma de alcanzar las metas.

Pero, claro, no se tiene en cuenta de que no todo es como lo pintan, no todo se consigue, ni de la misma forma, ni con la misma facilidad, ni con igual prontitud.

Cada persona es un mundo, tiene sus propias reacciones, y ve las cosas desde diferentes ángulos de visión.

Un camino fácil para mí, puede ser treméndamente difícil para tí.

Mi camino hacia el éxito pudo ser tranquilo y normal para mi propia persona, pero puede ser totalmente desconocido para tí.

Para ello, la vida nos trae los fracasos.

Un fracaso, es una advertencia de que hay algo que no has hecho correctamente.

Pero basándonos exclusivamente en tus planes, tus propios planes personales y tu propio desarrollo personal.

Para mí, es un verdadero fracaso, que en el día de hoy, tan sólo hayan visitado mi blog tres mil personas, cuando suelen visitarlo el doble, pero para tí, esto que me ha pasado, seguro que puede no afectarte, o incluso podría venirte hasta bien.

Saber cómo enfrentarte a esos inconvenientes, es totalmente necesario, porque depende de cómo lo hagas, te estarás creando una base u otra, sobre la que comenzar tu camino hacia el éxito personal.

Es mucho más útil enseñar a alguien cómo luchar y superar los enemigos, que decirle simplemente qué tácticas debe seguir para ganar una batalla.

¿Por qué? Porque por muy bien que sepas la estrategia para ganar tu batalla, si ésta no te sale bien, o cometes un error, o algo inesperado hace que cambie el curso de ésta, estarás totalmente indefenso y no sabrás hacia dónde debes tirar ni porqué hacerlo.

Para terminar, quiero ponerte un ejemplo real, y bastante práctico:

-Daniel, es un niño de 5 años que estaba jugando con su compañero del colegio, en su casa.
De repente, y como es normal en los niños, Daniel golpeó a su amiguito y éste se puso a llorar.

La madre de Daniel, lo cogió y le regañó, diciéndole que eso que había hecho estaba mal, que no se le debe pegar a los amigos y hizo que el pequeño también saliera llorando, sin querer hacer nada más que irse.

Al final, ante un problema, salieron dos niños llorando y ninguna solución.

El papá de Daniel, sin embargo, cogió a su hijo y le dijo:

"Escúchame bien, yo sé que te has sentido mal porque tu amigo no te quiere prestar los juguetes, pero ¿a tí te gustaría que te pegaran? ¿a que no? 
¿Ves que ahora tu amiguito está llorando por el daño que le has hecho?
¿Sabes que ahora tenemos que ponerle una solución a esto, verdad?, porque tu amigo no se puede quedar en su casa toda la tarde llorando por tu culpa.
Vamos a hacer un trato, porque yo sé que tú me has entendido.....yo no te voy a castigar , pero no nos vamos a ir de esta habitación, hasta que consigas hacer sonreir a tu amigo de nuevo.
Hacer llorar es muy fácil, pero ya verás como hacer sonreir, también lo es, y si has sido capaz de hacerle llorar, también serás capaz de hacerlo sonreir de nuevo."

Daniel, dedicó gran parte de su tiempo a hacer que su amigo, volviera a estar feliz y sonriente, y que todo lo que había pasado, quedase en el olvido.

Este niño, no aprendió lo que se debe hacer, lo que está bien o lo que está mal, sino a afrontar las consecuencias de sus actos, a comprender qué fue lo que lo llevaron a ello, y a poner remedio a dicho problema.

Sin duda, que una persona madura que reflexione de la misma forma, tendrá muchas opciones de salir bien ante cualquier controversia.

Entrenarse para el éxito, es importante, pero entrenarse para el fracaso, lo es igual o más.

¿Qué prefieres tú?

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