Hay determinados momentos de tu vida en en los que puedes sentirte que quizás has caido lo más bajo posible, que ya tu optimismo e ilusión por seguir adelante con tu vida no merecen la pena ni hacen el menor acto de presencia en tí, y que quizás es mejor no intentar ni tan siquiera levantarse, ya que tus problemas son demasiados.
Si alguna vez te has sentido así, o es ahora mismo cuando piensas de esa forma, quiero decirte y explicarte algo, que a lo mejor no es lo que tú te esperabas, pero que te hará ver las cosas con los ojos correctos.
Este tipo de momentos no son tan difíciles de encontrar hoy en día en las vidas de muchas personas, de hecho, se han convertido en lo que se llama un "síntoma rutinario y de poca importancia" (bueno, ya la importancia es según desde el punto en que se mire). Lo que sí es cierto es que no es algo que te ha sucedido solo a tí, sino que ha sido experimentado por muchísimas personas y algunas, en varios momentos de sus vidas.
Primero de todo, y ante lo que muchos pueden decirte, siempre es más conveniente e inteligente afrontar las situaciones cuando te encuentres en el mejor momento, y no en el peor, es decir, si llega un momento en tu vida en que todo se te acumula, todo parece que puede superarte y debido a constantes caidas y problemas llegas a pensar incluso en tirar la toalla y abandonarlo todo......este no es el momento en que debes atacar.
Muchas personas podrán intentar ayudarte diciéndote: "Levántate, tú puedes, que nada te haga decaer, ten siempre optimismo, etc...etc...etc...", pero seamos realistas, es mucho más fácil hacer eso que te dicen cuando tu estado es algo más enérgico.
Resulta verdaderamente difícil sacar ilusión y energías positivas donde apenas hay nada, y más aún para una persona que no tiene constancia de lo que es la motivación ni cómo usarla para llenarte en momentos que la necesitas.
Siempre resulta mucho más conveniente utilizar el método de "vaciar los problemas".
Cuando tu cuerpo y mente están en un estado realmente débil y apenas puedes mantener tu estado de ánimo o motivación en el nivel mínimo, debido a las circunstancias que sean, debes aprender a quitarle peso a los problemas, quitarles fuerza, aunque solo sea momentáneamente.
Es cómo el "tiempo muerto" en los partidos de baloncesto u otros deportes.
Una acumulación progresiva de problemas pueden acabar con una persona pero por el simple hecho de permitir que sigan cobrando fuerza en sus mejores momentos.
No debemos luchar contra enemigos en su propio entorno o en momentos en que se encuentran en su mayor estado de potencia, es mucho mejor parar tu mente y tu cuerpo y darse la vuelta. No te preocupes de cual será su repercusión, porque de una forma u otra la sentirás, así que haz un paréntesis en tu vida y utiliza ese tiempo para recuperarte.
Cuando te das tiempo a tí mismo para empezar de nuevo con algo, hace que lo afrontes con otros ojos y con otra actitud, que aunque creas que no lo notas, estarás experimentando.
Imagínate un boxeador acorralado contra una esquina por su rival, que lo ha pillado por sorpresa y está aprovechándose de la situación para debilitarlo lo máximo posible. Si en ese momento en que su rival se encuentra en su mejor momento, se detiene diez segundos el combate, todo puede cambiar, y no por el mero hecho de descansar por ese breve periodo, sino porque hará que la víctima vea con otros ojos y desde otro punto de vista cual es su verdadero problema y te aseguro que todo cambia.
Con esto quiero decirte que en determinados momentos es mejor evitar la fuerza de los problemas que llenarte de fuerza para combatirlos en ese mismo instante.
Aprende a no seguir la inercia que el tiempo te pone delante, porque aunque creas o no, tú puedes hacer todos los paréntesis que quieras en tu vida, porque de hecho la controlas tú, y aprende a enfocarte no en cuales serán las consecuencias de aquello que se te viene encima, sino en cómo lo vas a afrontar y a combatir de forma pausada, a tu ritmo y en tu terreno, y no en el terreno que tu entorno te muestre.
El optimismo y la ilusión por seguir adelante cuando uno cree que ya no hay más salidas, es algo que nunca se pierde, que siempre está dentro de nosotros, y si crees en algún momento que lo has perdido, levanta la mano, pide "tiempo muerto", anula mentalmente tus problemas aunque solo sea por un instante y rebusca por tu interior algo que proporcione una pequeña llama que se vaya poco a poco propagando para luego volver a la acción.
Recuerda que el árbitro de todos los partidos eres tú.....así que puedes tocar el silbato cuando lo desees.
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