La manipulación emocional se convierte en una de las armas más peligrosas mediante la cual se consigue alcanzar un objetivo más rápido, más efectivo y de la forma más cruel, de la víctima que la sufre.
Ya vimos un post bastante interesante sobre el arte de la manipulación y cómo evitarlo, pero no profundizamos mucho en cuales eran las formas más efectivas de este arte. Aquí trataremos una de ellas, quizás la más difícil, pero también la más efectiva.
Una de las estafas que estuvieron muy de moda en su momento (aunque ya suelen ocurrir mucho menos....o eso espero), fue la de las personas que supuestamente encontraban el amor por internet, y que en realidad estaban siendo manipuladas mediante este sentimiento, haciéndolas caer en un caos casi absoluto en el que se podía conseguir casi cualquier cosa de esa persona enamorada.
¿Pero por qué es tan difícil superar nuestras emociones?
Simplemente porque no las controlamos por completo, con lo que si alguien descubre este punto débil y lo sabe aprovechar para su beneficio, podrás tener un verdadero problema sin apenas darte cuenta.
Lo peor que tiene el ser manipulado por distintas emociones es que, cuando te das cuenta estás sumido ya en un agujero bastante profundo y reaccionas demasiado tarde ya que tu tiempo de reacción queda anulado hasta que llegan a darte el golpe definitivo. Ahí es cuando despiertas, a base de dolor y mirás atrás para descubrir todo lo que te ha ocurrido.
Es por lo tanto muy importante no caer en garras de manipuladores que engañan mediante el juego de nuestros sentimientos, y aunque el ejemplo que siempre todo el mundo suele tener en mente es el de enamorarse de alguien y ser engañado, hay muchas otras formas de apropiarse y robar lo que otros sienten, sus estados de ánimo, sus momentos de emoción, de ira, de rabia, de felicidad o de tristeza y aprovecharse de ellos.
El sentido común debe actuar en nosotros como una especie de alarma programada para saltar cuando algo se salga de sus parámetros, pero por desgracia, aunque esto ocurra, la mayoría de las personas parece hacer caso omiso y probar las cosas por su propia cuenta.
¿Acaso nunca has tenido la curiosidad de probar algo, aún sabiendo de que no era lo correcto? Pues seguro que sí, y te habrás dicho a tí mismo/a: "No creo que haya ningún problema por tan solo probarlo"
Pues sí que lo puede haber, ya que aquel que te manipula te hará caer en su realidad y distorsionará la tuya de tal manera que te hará cambiar tu sentido común, haciéndote creer que lo que antes estaba mal para tí, en realidad no es tan malo como tú lo pensabas.
Lamentablemente, después de esto, solo podrás venir a contarme las heridas que te han causado y la frustración que has podido sentir por caer en algo sin darte cuenta.
Manipular una emoción, un estado de ánimo, un sentimiento, no es nada fácil, pero es asombrosamente efectivo, debido a que es como si te hicieran cambiar los parámetros y reglas de tu propio cuerpo para adaptarlos a las que el manipulador quiere. Te será imposible detectar el problema, porque tu cuerpo y mente te dirán que todo está bien sin estarlo realmente, con lo que si das el pequeño paso u otorgas la más mínima oportunidad, podrás caer y te darás cuenta de tu caida cuando el daño ya esté hecho.
A veces es necesario reaccionar de forma inversa a lo que nuestro cerebro nos dicta, para de ese modo entrar en una especie de conflicto consigo mismo en el que te hará, por obligación, reaccionar y tomar una decisión, con lo que tus posibilidades de no alejarte de la realidad y caer en las manos de un manipulador de emociones serán menores o más fáciles de detectar y vencer.
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