Es la forma de conseguir ganarse a las personas y hacer que hagan lo que tú quieres que hagan. La base de todo radica en entender la naturaleza del ser humano y en comprender qué es lo que una persona necesita, y por tanto dárselo.
Hay formas de manipulación en las que se emplean técnicas engañosas o quizás usando la violencia física o psíquica, pero desde luego que no conducen a ningún sitio, ni tienen el mismo efecto que si lo hacemos de forma positiva.
Precisamente, en la educación de los niños, se ha conseguido comprender que los que crían a sus hijos basándose en el miedo, las amenazas, los gritos y la fuerza, tan solo consiguen dirigirlos a que en el futuro tengan problemas de carácter o comportamiento, mientras que los que los que hacen otro tipo de educación, basada en la influencia positiva y en el refuerzo de lo bueno, consiguen mejores resultados.
(Lee por ejemplo "La inteligencia emocional en la educación de los niños". Seguro que te será de utilidad)
En las personas mayores, el parámetro de comportamiento se repite y está demostrado que si consigues darle a una persona aquello que necesita, habrás conseguido ganarte una parte importante de ella.
La naturaleza del ser humano está diseñada de tal forma que necesita hacer acto de presencia y hacerse notar. Una persona siempre se sentirá bien cuando se le dice algo bueno, se le halaga o se le gratifica por sus actos.
Esto es así, debido a que tenemos una naturaleza en la que deseamos ser algo más de lo que ahora somos. Por lo que cuando nos dan a entender que hemos avanzado y hemos hecho las cosas bien, nos agrada y nos hace sentir en bienestar con nosotros mismos.
William James decía: "El principio más profundo del carácter humano, es el anhelo de ser deseado"
Dale Carnegie, contaba en su libro "Cómo ganar amigos e influir en las personas", un ejemplo que decía que había una granjera que cuando acabó la jornada de trabajo, puso de comer en el plato de los hombres de la casa, solamente heno.
Cuando los hombres protestaron enfadados por lo que había hecho la mujer, ella les dijo:
-"¿Cómo iba yo a saber eso?. Llevo más de veinte años poniendo la comida para los hombres de esta casa y nunca me hicieron saber que lo que comían no era heno."
La cuestión se trata de hacerle llegar a una persona, nuestra satisfacción por algo que ha hecho, y eso aplicarlo en todos los conceptos de nuestra vida, ya sea personal, sentimental o profesional, porque funciona de igual forma.
Precisamente en las relaciones de pareja, suelen pasar muy a menudo (quizás demasiado), que la pareja en sí, olvida literalmente de prestarle la atención que se merecen el uno al otro. El peso de la rutina, el tiempo, los problemas, las cargas, hacen que aquello que en un principio fue valorado, ya pase desapercibido, como en el ejemplo que hemos puesto.
Es uno de los pilares básicos de la solidificación de una pareja que quiera tener éxito en su relación y consiste en no descuidar nunca que la otra persona sepa y tenga conocimiento de que todo lo que hace, está bien valorado por tí, y no con suposiciones, sino con hechos. (Lee los primeros capítulos gratis, de mi libro "Diseño de Parejas", en el que se explica a fondo cosas tan importantes como ésta).
Ante un problema, una persona puede recibir una crítica y un castigo, con lo que se reforzaría el que la persona entre en modo defensivo, se incite a la represalia y la contestación y se entre en una discusión, que sin duda, aunque la crítica sea cierta, no conduce a nada productivo.
Sin embargo, cuando aprendes a dar otra versión a las cosas, entiendes que ante un problema, y en vez de dar críticas, puedes intentar sacarle de alguna forma su valor positivo a aquello bueno que ha podido quedar de dicho problema.
John D. Rockefeller, se enfrentó al problema en el que uno de sus empleados, debido a una mala gestión de sus inversiones, perdió un millón de dólares del empresario.
Pero el famoso multimillonario, cuando habló con ese empleado, en vez de criticarlo y despedirlo, le felicitó porque incluso después de la pérdida, pudo ser capaz de recuperar un 60% de lo perdido. Alabó su capacidad de rehacer lo que ya había deshecho y su consistencia en mantener una actitud firme ante la presión por todo lo que había pasado.
Fue un hombre que usaba la manipulación emocional positiva y la usaba en su beneficio, haciendo que los que le rodeaban siempre lo elogiaban por sus actos.
Cuando tienes frente a ti a una persona, tienes que pensar siempre que no estás ante alguien que tenga la capacidad de razonar, sino más bien de reaccionar ante las emociones que se le provocan. Aprovecha esas emociones para tu beneficio y tendrás a esa persona en tu mano.
En realidad no se trata de manipular a la gente, sino más bien de eliminar lo malo y resaltar lo bueno. Hacer que la persona se sienta grande ante tí, que necesite de lo que le dices para realzarse a sí mismo.
Criticar y valorar lo negativo, puede hacerlo cualquiera, pero tener la templanza de controlarse emocionalmente y no dejarse llevar por los sentimientos del momento, requiere un esfuerzo y un conocimiento previo de uno mismo.
¿Quieres empezar a conseguir que la gente haga lo que tú quieres? Empieza por cambiarte a tí mismo y cambiar tu actitud ante las situaciones que suceden. Resulta mucho más fácil cambiarse a uno mismo que cambiar lo que los demás piensan.
Cambia tu enfoque de cómo alcanzar lo que te propones, y no sigas por el camino que todos siguen. La gente hará cosas para tí, cuando han recibido mucho de tu parte. Y para eso, las críticas y el resaltar los defectos, no te beneficiará.
El planteamiento se puede resumir en una frase muy simple:
"¿Quieres eliminar a alguien de tu vida?....hazle una crítica destructiva y dolorosa. ¿Quieres ganarte a una persona y conseguir que haga cosas para tí?....hazle ver que es mucho más buena y valiosa de lo que ella misma se piensa.Y a tí, ¿te gustaría saber cómo manipular a las personas de forma positiva?
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