Porqué nunca podrás ser infinitamente feliz

No quiero aguarte el día, te lo aseguro. Pero tengo que decirte la verdad, y es que nunca podrás ser infinitamente feliz.

Hay mucha gente que todavía piensa que puede aumentar sus niveles de felicidad hasta rangos que nunca en su vida habían experimentado, y es una pena que se piense así, porque la realidad nos muestra otra cosa bien distinta.

¡¡Ojo!!...no quiero que entres ahora en depresión por esto, ¿vale?, simplemente quiero que entiendas los distintos niveles de felicidad que existen, y que sepas en cual te mueves tú.

Niveles de felicidad

Hay una parte de nuestro yo (una pequeñísima parte), que está determinada por genética, mientras que otra parte (una parte mucho mayor), que está condicionada por nuestros actos y pensamientos.

Cuando un bebé nace, automáticamente empieza a ser influido por su entorno.

Sus padres son los que lo educan y basa su desarrollo en los pensamientos que sus papás son capaces de transmitirle, ya sea de forma consciente o inconsciente.

Cuando ese bebé cumple una determinada edad, tiene una base establecida en la cual se apoya para seguir adelante y creciendo en su desarrollo personal.

El niño que se cría en una ambiente hostil, de peleas, gritos y discusiones, casi con toda seguridad marcará su vida y  se verá influenciado por su educación, lo que condiciona sus actos en su etapa de adolescente o adulto.

Bueno....al grano.

Esto que he contado, es lo que hace que debido a la influencia de nuestro entorno, nos movamos en ciertos niveles de felicidad que han quedado establecidos desde que somos niños.

Aunque muchas personas ven el pasado como algo innecesario, la verdad es que resulta determinante para nuestro presente y a su vez para nuestro futuro.

Por tanto, y debido a tu pasado, nunca podrás superar un nivel máximo que tiene establecido tu persona para ser feliz.

¡¡Eyy Antonio!!, ¿me estás diciendo que no podré superar esa barrera que tengo impuesta a la hora de ser feliz en mi vida?.

Pues sí.

Te moverás siempre entre un nivel mínimo y uno máximo, que está condicionado por cómo ha sido tu pasado y cómo ha influido el mundo en tí.

No podrás sobrepasar el límite que tienes marcado porque si lo hicieras, estarías en contacto con conceptos que se escapan a tu percepción.

Por ejemplo:

Mi amigo Juan tiene una familia multimillonaria.

Desde pequeño, siempre ha tenido lo que ha querido. Su educación fue muy distinta a la mía, y aunque tengamos la misma edad, sus niveles de felicidad son distintos a los míos.

¡¡Ojo!!, que no estoy diciendo con esto que el dinero te da la felicidad, ¿eh?.

Lo que pasa es que para él, conseguir una tablet (por poner un ejemplo), es algo usual, no le llena, no le proporciona nada como meta, ni como condicionante para su vida.

Para mí, si que lo fue. De hecho conservo la mía como si fuera de oro.

Sin embargo, él se siente increíblemente contento y feliz cuando sus padres le regalaron un pequeño yate.

Eso a mí, pues la verdad que ni me va ni me viene. ¿Para qué quiero yo un barco?.

Bueno, el ejemplo que te he puesto es puramente materialista, pero lo he puesto para que se entienda el concepto.

No estoy diciendo con esto que las cosas te aporten bienestar ni felicidad, pero sí que dependiendo de tu entorno, de tu educación y de la influencia de los que te rodean en tí, tus niveles de felicidad serán distintos.

Hay personas que son felices con tener relaciones sexuales, mientras que a otras, eso no le aporta el grado de felicidad que creen merecer.

En estas cosas, también influye mucho la edad de esa persona, ya que mientras más joven seas, mayor será la probabilidad de aumentar el nivel máximo que puedes alcanzar para ser feliz, pero eso ya lo trataremos en otro post

¿Y ahora qué hago si ya no podré ser infinitamente feliz?

Haber, que no puedas ser el mejor del mundo, no quiere decir que no seas el mejor de tu país.

¿Me entiendes, verdad?.

Dentro de tu máximo y tu mínimo, la gente tiene por costumbre estar por el nivel más bajo.

La verdad es que el mundo en el que estamos, cada vez da más asco y sin embargo, la gente le sigue haciendo caso.

Decirte que no puedes llegar al infinito, no significa que no seas más feliz de lo que lo eres ahora mismo.

De hecho, hay mucha gente que cambia radicalmente a una vida mejor y eso es algo increíble para ellos mismos, pues se sienten tan bien que nunca han experimentado esa sensación.

Pero claro, porque han pasado de estar en su nivel mínimo ha alcanzar su nivel máximo permitido.

Por tanto, el logro no es alcanzar la cima del mundo, sino alcanzar la tuya propia.

No compares ni valores la felicidad de otros, ni pretendas aplicarla a tu vida, pues no te funcionará.

Acepta tu realidad, aprende a ver en qué situación te encuentras y visualiza la cumbre de tu cima.

Consigue alcanzarla y te aseguro que tu vida dará un cambio.

Algunas veces cometemos el error de querer tener lo que no va con nosotros.

Es necesario conocernos y saber hasta dónde podremos llegar.

Tener conceptos equivocados de algo, es inútil y tan sólo te conducirá a vivir en mundo de ensueños sin plasmar nada en la realidad.

Por tanto, quiero que te sientes, te relajes y visualices con qué tipo de vida te sentirías bien.

La mente es traicionera, así que no valen los sueños imposibles, ¿eh?.

Sé realista y sincero contigo mismo.

Si te das cuenta, descubrirás que necesitas muy poco para incrementar tu felicidad, de hecho ,te podría decir que no tendrás que añadir nada a tu vida, más bien eliminar de ella.

Marca tu límite máximo, encuéntralo y lucha por llegar a él, porque eso sí que es una meta realista y fácil de alcanzar, y a su vez te reportará beneficios increíbles.

Y todo ello sin ser el mejor del mundo, ¿verdad?.