Anoche estuve viendo una película titulada "Cuando el amor no es suficiente", que narraba la historia de un matrimonio en el cual se demuestra hasta dónde es capaz de aguantar la mujer por el amor que siente por su marido.
La película nos muestra una relación en la que el marido es alcohólico, y va poco a poco llevando su matrimonio al más absoluto fracaso, a la ruina tanto económica como personal.
Llega a perder su trabajo, su prestigio, su reputación, su hogar, su dinero y todo lo que tiene hasta acabar viviendo con la familia de ella, que recoge al matrimonio para que no se queden en el desamparo.
Ella tiene fe en que el un día pudiera conseguir superar su adicción, y siempre está apoyándolo, junto a el en todo momento, trabajando para sustentar en lo posible el dinero que su marido se gastaba, empeñando todo lo que tenía para comprar el alimento....
Al final, el marido acaba tocando fondo y rehabilitándose de su gran problema, y se da cuenta de que su mujer siempre ha estado ahí, prescindiendo incluso de sí misma para que el consiguiera superarlo y tener por fin una vida feliz.
Esta película me hizo recapacitar y hacerme la pregunta de cual sería el límite en el que tendríamos que dejar de dar, por amor a nuestra pareja.
Cuando sabemos cual será el final de la historia, es fácil apostar, es decir, si sabes con certeza que tendrás un final feliz y que todo el esfuerzo que estás haciendo y todo lo que estás luchando por mantener tu relación viva, merece la pena y tendrá su bonito final...es normal que te tires de cabeza y lo des todo de tí mismo, sin importarte cuanto sufrirás, ya que sabes que merecerá la pena.
Pero....¿y si nos ceñimos a la vida real en la que no sabes si en realidad estás esforzándote por algo que nunca tendrá un final feliz, o el final que tú buscas?
¿Crees que debe haber un límite en el que nuestro sentido común nos diga..."ya basta, dá marcha atrás"?
Realmente es todo un desafío, y muy pocas personas harían lo que esta mujer hizo por el amor que sentía a su marido. Renunció a todo, a su dinero, sus pertenencias, su nombre, a su familia, a sus amigos...a todo, por la confianza y la fe que tenía en que el amor conseguiría darle lo que ella buscaba....la rehabilitación de su marido.
¿Te has preguntado alguna vez hasta dónde serías capaz de llegar por amor a tu pareja?
¿Lo darías todo sin tener ante tí un resultado seguro?
¿Cual sería tu límite, y en qué momento ya dejarías de seguir adelante?
Debe siempre existir un punto de cordura y equilibrio entre el amor por una persona y nuestro sentido común, de hecho, esta mujer hacía caso omiso de las advertencias de sus familiares, amigos, etc...y se afianzaba en que su deber y sus sentimientos le decían que tenía que seguir adelante y aguantar.
Nos muestra la película, en su final, que cuando la mujer consigue la felicidad y la armonía junto a su marido, ya recuperado, se les ve viejos y con el paso del tiempo sobre sus cuerpos.
Por tanto....¿mereció realmente todo el esfuerzo para tener una felicidad tardía?
Siempre se debe ir en pos de nuestro bienestar, nuestro éxito y nuestra felicidad, dando y apostando lo que tengamos en nuestro poder para que todo esto se cumpla. Incluso si tenemos que sufrir en algún momento, tendremos que pensar que luego será para nuestro beneficio y obtendremos resultados satisfactorios de ese esfuerzo....pero cuando se rompe el equilibrio entre nuestro sentido común y nuestros sentimientos, puede suceder de todo.
Es igual que apostar en la bolsa a un interés muy variable, puede que te salga todo bien y después de casi perderlo todo, acabes siendo millonario, o sin embargo puede que en tu última oportunidad y dando como siempre, todo lo que tienes, acabes absolutamente sin nada o peor aún...en deuda.
Apostar por el amor, por una relación es algo maravilloso, porque demuestra lo que somos capaces de hacer por otra persona con la que queremos estar, pero la vida no siempre nos da lo que nosotros creemos que merecemos, y cuando el camino se vuelve totalmente cuesta arriba y nuestro sentido común nos dice que demos la vuelta, quizás debamos escucharlo....no digo hacerle caso, pero sí escucharlo y establecer una unión entre lo que se siente y lo que se piensa, para que unidas, estas dos partes puedan darte una visión clara de lo que es y será mejor para tí,.....porque, ¿de eso se trata no?
No hay comentarios:
Deja tus Opiniones