Cómo vencer la falta de motivación

A veces, la falta de motivación nos hace replantearnos a nosotros mismos que quizás nuestro objetivo a alcanzar, se está alejando demasiado o nunca podremos conseguirlo.

El problema no es otro que el dejar a nuestra mente ir pensando y sacando conclusiones a su antojo.

¿Sabes que cuanto más te planteas el hacer o emprender algo, más aumentan tus dudas acerca de si lo conseguirás hacer?

El pensar bien y con cautela cómo tenemos que desarrollar nuestra vida para conseguir lo que queremos, es pensar de forma inteligente, pero otra bien distinta es utilizar demasiado la mente usándola como excusa inconsciente que terminará dándonos desánimo en vez de motivación.

Me acuerdo cuando me costaba mucho levantarme temprano. Todas las noches me decía a mí mismo: "Mañana me levantaré a las seis de la mañana y me iré a hacer ejercicio", pero, llegaba el momento de levantarme, sonaba el despertador y automáticamente mi mente entraba en acción diciéndome: "Ufff, un poco más" "No hay nada malo en levantarme a las seis y media en vez de a las seis" "Cinco minutos más, que hace mucho frío fuera de la cama"
Hasta que cuando me daba cuenta, me volvía a quedar dormido, dominado por mi propia mente que se me interpuso en mi camino hacia lo que debía hacer.

No te creas que es tan fácil dominar lo que inconscientemente tu mente te dice, porque de hecho, no solo te lo dice, sino que alienta tu cuerpo a que te sientas tal y cómo necesita que te sientas para la ocasión. En pocas palabras.....te manipula para no ser forzada por el esfuerzo y el trabajo y conducirte así hacia donde más le conviene.
Tienes que entender que nuestra mentalidad está diseñada para que de forma natural nos lleve a nuestra comodidad, bienestar y facilidad, pero lo que tenemos que tener claro es que aunque ahora mismo tengamos que trabajar duro, es por nuestro propio bien en un futuro......y eso la mayoría de las cabezas, no lo suelen asimilar.

La solución es bien sencilla, y consiste en anular de forma momentánea aquello que pensamos, para ir directamente a la acción, sin intermediario ninguno. Es decir, sería como hacer algo con la cabeza totalmente en blanco, sin darle tiempo a nuestra mente a que nos de su opinión sobre lo que estamos haciendo.
¡¡¡Ojo!!!...esto no quiere decir que debas ir a lo loco haciendo cosas sin pensarlas, no me malinterpretes, porque de hecho, se supone que son cosas que ya has pensado y que sabes que el ejecutarlas es para tu bienestar y felicidad, aunque en ese momento tengas que esforzarte y sufrir de forma pasajera.

Suena el despertador, y te habías propuesto levantarte a las seis de la mañana (lee aquí para ver lo beneficioso que resulta levantarte temprano en tu vida); bloqueas tu mente, das el salto y te levantas, sin darle tiempo a que tu mente diga que hace frío, que tienes sueño o que duermas un poco más.
El hacer las cosas de esta forma, hace que de nuevo tu cerebro tenga que volver a pensar en el acontecimiento que ya has ejecutado, es decir, al dar ese salto y levantarte sin pensarlo, estás provocando que tu mente tome decisiones sobre un cuerpo ya levantado, con frío  y con sueño, pero que no está acostado ni tendido, ni con los ojos cerrados....¿ves la gran diferencia?

Cómo este ejemplo, miles de situaciones en las que puedes vencer tu falta de motivación de un momento puntual en el que tengas que hacer algo.
Siempre he creido que no somos totalmente dueños de nuestro cerebro y con ello necesitamos que entienda quien domina nuestra vida y quien tiene más fuerza.

No des tiempo a que las dudas, el desánimo ni los pensamientos negativos y desalentadores te quiten tu motivación y fuerza de voluntad para cumplir aquello que te has propuesto, y así conseguirás ver resultados de aquello que planeas, para luego tener la satisfacción de que el triunfo ha sido conseguido exclusivamente por tí mismo.



Autor: Ying Yang

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