El arte de simplificar para ser feliz

El simplificar tu vida te dará facilidades para saber cómo ser feliz. Así de sencillo y práctico es el camino que nuestra inteligencia emocional nos ofrece para obtener la felicidad y el éxito.

Cuando uno parte a una excursión, trata de llevar siempre cosas que le sean de utilidad, herramientas que en algún momento tendrá que utilizar y que le sean prácticas para que su andanza sea de lo más placentera posible.

La vida es un camino largo y duro, y es por ello que hay que estar preparados para afrontar todo lo que nos puede llegar. Aquellos que saben simplificar y eliminar de su camino lo que no necesitan para avanzar, son los que consiguen llegar antes al final de la meta.

Las personas no saben todavía distinguir qué cosas necesitan y son de vital importancia, y cuales no sirven para nada y solo te entorpecen tu camino, y el motivo es porque no tienen un objetivo fijo establecido.

Si mi propósito es pasar un fin de semana de caza en el bosque, llevaré conmigo aquello que me es útil para dicho propósito. Vestimenta de camuflaje, arma, munición, comida ligera pero energizante, agua en abundancia, etc....
Y esto lo planteamos así, porque tenemos claro cual es nuestro objetivo y qué vamos a hacer.
¿Me serviría de algo llevarme un papel y un lápiz o una calculadora? Son cosas importantes, pero para nuestra acción no nos son útiles, por lo que aunque nos cueste y sepamos que en el fondo son cosas valiosas para otros, para nosotros, simplemente no lo son y debemos aprender a deshacernos de ellas.
Si tu visión y concepto de lo que quieres en tu vida, no es del todo claro, no podrás distinguir aquello que vas a necesitar en tu día a día y lo que no.

Aprende a vivir por objetivos que te aporten felicidad y centra tus pensamientos y acciones en ellos

Después tenemos el problema de no saber utilizar nuestra inteligencia emocional para filtrar aquello que es innecesario y nos entorpece el propósito a cumplir.
El simplificar no es sinónimo de llevar una peor vida, ni de peor calidad,  sino más bien al contrario, se trata de llenarla de lo que te es útil y eliminar de ella lo que no te aporta nada.

Aprender a vivir centrado en nuestra meta es un punto difícil de llevar a cabo, pero es necesario que una vez sepas qué quieres conseguir en tu vida, apliques filtros y distinciones sobre aquello que vas recibiendo de ella y saber si te ayudan o perjudican.

Por ejemplo, yo antes era de las personas que cuando me hacían algún mal (que me lo han hecho), trataba siempre de vengarme y no paraba hasta hace saber a esa persona que lo que había hecho estaba mal. Incluso por aquí por internet, cuando alguien me escribía algo insultante o de mal gusto, maquinaba mis palabras para devolvérselas de forma que supiera que estaba equivocado, pero descubrí lo mejor que me podía pasar......y es que me pregunté a mi mismo: "¿En qué me ayuda que me preocupe y pierda tiempo en explicarle a alguien mi versión?" "El que me sienta mejor en ese momento, no hará que mis objetivos se cumplan, sino más bien me aleja de ellos por ese instante que cambio de perspectiva"
Me llenaba de ira, de mal humor y el malestar habitaba en mí aunque solo fuera por unos momentos, cosa que me impedía en centrarme en lo que sí que era importante en mi vida y en mi propósito.

Sé que podrás decirme que no es fácil resistirse a hacer determinadas cosas aunque no te aporten nada bueno, pero ante ello solo debes pensar que si es así, es porque tu propósito en tu vida no es lo suficientemente fuerte como para centrarte y dejar todo lo demás por el.

Por ello es tan importante el desarrollo de nuestra inteligencia emocional y que aprendamos a abrir nuestra mente, filtrar lo que nos llega y llenarla de lo que nos aporta energía, vitalidad y beneficios para alcanzar nuestros sueños e ir desvelando el misterio de "cómo ser feliz".



Autor: Ying Yang

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