Yo no creo en la buena o la mala suerte, de hecho es algo que para mí no existe y seguirá sin existir, sin embargo, el azar, la buena fortuna o como quieran llamarlo muchos, es tenida todavía muy en cuenta por una gran parte de la población.
Quiero demostrarte que esa "buena o mala suerte" está influenciada por ciertas cosas que te suceden en tu vida, y una de ellas, quizás la más importante, es tu comportamiento y actitud ante las situaciones de tu día a día.
Una pequeña situación puede ser determinante e inclinar la balanza hacia el lado positivo o negativo de las cosas.
Ese pequeño granito de arena, sale de tí, es controlado por tí e influenciado por tí en toda su esencia.
Susana era una chica de 22 años que vivía con sus padres y estaba buscando trabajo.
Un día, su madre le encargó que fuera al supermercado a hacer la compra semanal.
Cuando estaba entrando a comprar, había algo al final de la calle que le llamó la atención.
Una oficina nueva había sido abierta y había un cartel en la puerta que ponía: "Se buscan administrativos".
Rápidamente y llena de ilusión, entró en al oficina y a los 15 minutos ya se encontraba hablando con el director de ésta, mostrándole su curriculum.
Ella no sabía nada de administración, pero aún así, un trabajo era un trabajo, y tenía que intentarlo.
La negativa por parte del director no se hizo esperar.
Negativa que ella encajó con mucha naturalidad, cosa que sorprendió al director de la oficina.
Susana aprovechó el momento para preguntarle cuál era la mecánica y enfoque de dicha oficina y a qué se dedicaban exactamente.
Ante el interés de la chica por conocer la empresa, el director le preguntó si quería conocer sus departamentos y la llevó a la sección de telemarketing.
Ante la espontaneidad de la chica y la sorpresa del director de la oficina, el ambiente se había cargado de una dosis de "buena onda", que había hecho olvidar el fracaso de su entrevista.
Esto hizo que el director le preguntara si tenía conocimientos comerciales, a lo cual ella le dijo que había estado trabajando en varias empresas aseguradoras como comercial.
El hombre se percató también de que tenía una voz muy bonita, y en ese momento andaban también faltos de agentes de telemarketing, con lo que le preguntó a Susana si le gustaría probar a trabajar en esa sección.
Dos meses después, Susana había superado el periodo de pruebas que el director le hizo y a día de hoy se encuentra todavía trabajando fija en esa empresa.
¿Qué demuestra esto?
Que según cómo enfoques las cosas, éstas se decidirán de una forma u otra.
Por tanto.....¿se puede influir en la buena o la mala suerte?
Por supuesto que sí, y no solo eso, sino que tu actitud ante lo que te sucede, inclina la balanza hacia el lado que tú decidas.
Es por eso que siempre hay gente que todo lo que hace le sale bien y otras que todo lo que tocan, literalmente lo hacen fracasar.
¿Cuestión del azar o del destino? No....cuestión de tí y de tu forma de ser.
¿Te has planteado alguna vez el probar esto para atraer hacia tí la buena suerte?
Este mundo siempre busca el equilibrio.
Lo bueno tratará por todos los medios de juntarse con lo bueno, mientras que lo malo buscará cosas malas para apegarse a ellas.
Afronta la vida con una perspectiva optimista y ésta te sonreirá en muchas ocasiones.
Quejarse no sirve de nada, lamentarse tampoco.
Lo negativo siempre está ahí, y no hace falta que lo remuevas, porque no te ayudará en nada.
¿Crees que la vida de Susana sería la misma si simplemente se hubiera levantado y marchado de la oficina sin decir ni palabra ante la negativa del director de querer contratarla?.
Pequeños actos, provocan grandes cambios.
No subestimes el poder de aquello que haces, por muy insignificante que parezca, todo tiene su repercusión, ya sea para bien o para mal.
Ante una situación negativa, muestra siempre tu lado positivo y la buena suerte siempre te favorecerá.
Es la ley de atracción en estado puro.
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