En primer lugar me imagino que sabrás qué es la conciencia emocional, ¿verdad?.
Pues es simplemente la capacidad que tiene una persona de ser consciente de cómo nuestras emociones afectan a nuestro día a día e influyen de una forma directa en nuestros actos cotidianos.
Es decir, tu conciencia emocional te da una visión clara sobre qué estás sintiendo ante una situación en particular y porqué.
¿Y en qué me ayuda eso? Te preguntarás.
Pues en que seas lo más consciente posible de tu día a día.
¿Para qué?
Para que puedas manejar de forma inteligente y práctica los cambios que tengas que realizar y los obstáculos que tengas que superar.
Desarrollar una conciencia emocional poderosa te hace estar atento a los detalles, ver caminos y puertas abiertas donde otros no la ven, analizar objetivamente y de forma inteligente la situación que tienes delante, ver puntos débiles a posibles enemigos que tengas que derribar, y en definitiva adoptar una actitud óptima para crecer y mejorar en tu vida.
Y ahora viene la otra parte, aquello que mata esta conciencia....¡¡EL PASADO!!.
El efecto que provoca nuestro pasado en nuestro presente
Muchas personas siguen atadas a su pasado, siguen necesitando de él para saber quiénes son y porqué se comportan de la forma en la que lo hacen.
Sin su pasado, no son nadie. No pueden definirse a si mismos y aún así, pretenden cambiar su presente.
Analiza bien estas palabras: "Cambiar tu presente, sin soltar tu pasado"
¿Crees que eso es posible?
Imagina que has vivido en tu pasado una serie de circunstancias críticas y muy duras que te hicieron sufrir y te causaron daños.
Cuando recuerdas ese pasado tan difícil, aún sigues sintiendo el mismo estado emocional que te causó entonces, ¿a que si?.
Día a día tienes recuerdos de tu pasado. Como si pareciera imposible soltarlos y desprenderse de ellos.
Llevas así años de tu vida y parece que no puedes evitar que este tipo de recuerdos de tu pasado, salgan a la luz casi de forma automática y sin que tú tengas que hacer ningún tipo de esfuerzo para traerlos a tu mente.
Has entrado en una especie de hábito emocional en el que ya no tienes la necesidad de recordar escenas y recuerdos de tu pasado para sentirte mal, porque ya te sientes mal casi sin que te des cuenta.
¿Por qué?
Porque sin que lo hayas percibido y debido a tantas veces como has estado recordando este pasado negativo, tu mente ya ha memorizado estos recuerdos.
Y no solo eso, sino que ha memorizado también tu sufrimiento. Es decir, ha enlazado pensamientos y emociones en una especie de programa automático que se refleja ahora mismo en ti, sin que tengas que hacer nada por tu parte.
Esta memorización ha hecho que tu cuerpo recuerde lo que se siente cuando tu mente pensaba en ese pasado negativo, por lo que lo ha convertido en algo habitual, natural y normal en ti.
Es a lo que tiende tu mente y tu cuerpo, a que seas el mismo de siempre, a que seas el que eras en tu pasado.
Y todo esto porque lo has recordado tanto que has acabado memorizando dicho pasado (pensamientos y emociones) y lo has convertido en parte de ti.
Es quien eres, es tu identidad, tu forma de ser y lo que te define hoy día en tu presente.
¿Por qué sucede todo esto?
Por algo que no todo el mundo conoce.
O si lo conoce, se lo pasa por el mismo.
Cuando piensas en situaciones difíciles, conflictivas y críticas que viviste en tu pasado, situaciones que te provocaron un fuerte impacto emocional, sin darte cuenta estás activando y conectando el mismo programa mental de tu pasado.
Y cuando activas nuevamente un programa mental de tu pasado, éste se refuerza.
Y esto hace que se multipliquen la cantidad de sustancias liberadas en el cerebro y en el cuerpo y que provocaron el mismo efecto que provocó en tu pasado, pero esta vez aumentado en potencia y grado.
Y al reforzar este programa mental de tu pasado, estás haciendo que tu cuerpo recuerde todavía más esa emoción y que se quede casi grabada a fuego en él.
Sin darte cuenta, cuando revives miles de veces situaciones de tu pasado (lo hacemos sin darnos cuenta), estás esforzándote en que tu cuerpo se habitúe a este tipo de emociones, despreciando e ignorando aquellas emociones que puede experimentar en su día a día y que supuestamente deberían ser más fuertes que las de tus recuerdos del pasado.
Esto es lo que podríamos calificar de hábito emocional (negativo en este caso).
A partir de los 38 años, tenemos formada una identidad que ha sido fabricada precisamente por este tipo de programas mentales automáticos en función de nuestro pasado.
Es decir, somos quienes somos a consecuencia de lo que hicimos, pensamos y sentimos en nuestro pasado, y sin darnos cuenta, hemos creado una identidad y una forma de ser clonada de dicho pasado.
En otras palabras, eres el mismo que eras en tu pasado y seguirás comportándote, pensando y sintiendo igual que lo hacías hace años.
Por tanto, tu realidad tomará una forma muy similar a la que tenía entonces.
Si te paras a analizar tu día a día, descubrirás que tienes una serie de hábitos que son adoptados de tu pasado, de tus acciones en ese entonces.
Estás compuesto de una serie de programas automáticos que actúan de forma inconsciente y que te hacen tener una vida programada, predefinida y totalmente predecible.
Lavarte los dientes, levantarte temprano, conducir tu coche, tener un carácter colérico, reaccionar violentamente ante ciertas situaciones, depender de los demás, no creer en ti, quejarte por todo, etc....
Son ejemplos de programas automáticos que estas plasmando en tu día a día y que ninguno tiene nada que ver con tu presente, sino con tu pasado.
¿Y qué sucede con esto?
Que por mucho que te plantees ser feliz, cambiar tu vida, mejorar, crecer y hacer algo distinto en tu día a día, te resultará increíblemente costoso, precisamente porque todos esos años reviviendo una y otra vez esos pensamientos y emociones del pasado, han creado un programa mental que actúa de forma inconsciente y que condicionan a tu cuerpo a que tienda siempre a sentirse de esa forma....la forma a la que está acostumbrada.
El cuerpo es quien te está controlando, y tu mente es la que sigues las órdenes. ¡Ese es el problema!
Pues por desgracia así es.
Recuerdo cuando hace un tiempo fui a sacar dinero del cajero automático de mi banco.
Llegué, introduje la tarjeta y me pidió el PIN.
En ese momento, mi mente se quedó en blanco. No recordaba el número.
Por mucho que intentaba recordarlo, no me venía a la mente. Trataba de concentrarme y nada...era imposible.
Entonces, puse los dedos encima del teclado del cajero y como por arte de magia, mis dedos marcaron el PIN correcto, sin que todavía lo hubiera recordado mentalmente.
Mi cuerpo había creado un patrón (de tantas veces como había tecleado ese número), que ahora recordaba el PIN mejor que mi propia mente.
El cuerpo llevaba el control, porque aunque mi mente no podía moverse, él sí que lo hacía.
Mi cuerpo tomaba la iniciativa y me dio una muestra de que mis acciones las controlaba él y no mi mente.
Y ¿sabes qué?
Que eso es todo un problema.
Un problema y gordo.
¿Por qué?
Precisamente por todo lo que hemos hablado antes.
Tu cuerpo lleva el control y hace cosas sin que tu mente pueda hacer nada para evitarlo.
Por tanto, si se siente mal, simplemente te sentirás mal y tu mente no podrá analizar el porqué de ese malestar.
¿Y qué patrón sigue el cuerpo?
El mismo de tu pasado.
Lo que hemos hablado. De tantas veces como ha experimentado una emoción negativa de tu pasado, está tan habituado a dicha emoción que para él es simple y fácil reproducirla.
Es lo que ha memorizado, es a lo que está acostumbrado, es lo que hace creyendo que ese eres tú, que esa es tu identidad.
Sin darte cuenta, tu cuerpo toma el control y tratará siempre de hacerte sentir de la misma forma como lo has enseñado, es decir, basándote en tu pasado y en el programa mental automático que has creado sin apenas darte cuenta.
Es por este motivo por el que cuesta tanto cambiar.
Es por este motivo por el que es tan necesario aprender a desprendernos de nuestro pasado, aprender a tener una mente totalmente objetiva, consciente en todo momento y que rompa por completo los programas mentales automáticos a los que está habituada.
Sinceramente, prefiero no recordar algo, a que sea mi cuerpo el que lo recuerde por mi basándose en mi pasado.
Trabajar tu conciencia emocional, te ayudará a que te desvincules de este pasado y rompas ese programa automático que te hace ser el mismo de siempre.
Dejar de ser tú mismo, es lo mejor que puedes hacer si quieres ser un poco más feliz.
Que hacer con la gente que te recuerda constantemente tu pasado,con la intencion de hacer daño ,yo opte por sacarlas de mi vida , fue la mejor opcion ya que no es bueno estar con personas que se dicen tus amigos pero que te hacen daño recordandote lo malo del pasado
ResponderEliminar¿ sera la mejor opcion ? Gracias
Eso sin duda es lo mejor. ¿De qué te sirve tener gente que está ahí recordándote cómo eras e impidiéndote cómo te gustaría ser?
EliminarDebes eliminar de tu camino todo aquello que te impide avanzar y ser feliz.
Un abrazo y gracias por comentar.