Hoy quiero presentar un post de una invitada Aisha Martínez, autora de la web 3 veces Gracias y que me llamó mucho la atención su forma de ver lo que nos ocurre, porque en el mundo de hoy es necesario ver las cosas desde otro punto de vista, y lo que puede que veamos imposible de alcanzar, en realidad no está tan lejos como nosotros pensamos. Os recomiendo os deis una vuelta por su web y veáis su proyecto.
Aquí os dejo este post que escribió especialmente para este blog.
Hace poco leí una
frase que me encantó y me hizo reflexionar:
“Algunos
luchan contra la oscuridad, otros encienden la luz”
La “oscuridad”
es definida como “ausencia de luz”, por lo tanto, si deseamos que
no haya oscuridad, debemos poner luz…obvio, ¿no? No podemos
eliminar la oscuridad, así, sin más; en otras palabras, en ningún
caso lograremos deshacernos de la oscuridad sin poner algo de luz.
Pues bien, en este
mundo dónde nos encontramos hay oscuridad, en forma de corrupción,
engaño, maldad, interés, individualismo,...Y hay dos formas de
cambiar esto: Luchar contra la oscuridad o ser luz.
Corrijo. Sólo hay
una forma de cambiar esto: SER LUZ.
Imagina por un
momento que esta metáfora luz/oscuridad no fuera una metáfora.
Imagina que vivimos en un mundo literalmente
oscuro. En él habitan algunas personas:
Una de ellas está apagada, triste, enfadada por
el mundo dónde vive. No entiende por qué tiene que ser todo tan
oscuro. De hecho, cada día se pasea por las calles reclamando que se
acabe la oscuridad y se discute continuamente con personas apagadas
para lograr que se den cuenta de lo apagadas que están, y la
repercusión que eso está teniendo en este mundo oscuro. Cuanto más
mira a su alrededor oscuro, más se apaga ella.
Otra de ellas es una luz tenue, que ilumina su
espacio vital, ella puede ver donde pone su pie, sin embargo no ve
dos pasos más allá. Las personas que pasan por su lado se acercan a
ella porque les alienta encontrar algo de luz en medio de la
oscuridad, sin embargo, se van pronto porque saben que esa luz no
puede abarcarlas. Ella se siente cómoda con su luz, se mira y se
gusta, cuando se refleja en el espejo le invade una sensación de
bienestar, y no le preocupa en absoluto la oscuridad que le rodea.
Ella está bien como está.
La última de ellas brilla con una intensidad
absoluta, e ilumina toda la calle en la que se encuentra. A su paso,
la gente del alrededor se acerca a ella buscando luz y calidez,
algunos incluso la buscan porque saben que a su lado podrán ver las
cosas con más claridad, les hará sentir confianza porque podrán
ver dónde pisan al andar, y desde aquel momento, si así lo deciden,
podrán marcharse con luz propia… Ella es feliz, porque a su
alrededor todo está iluminado, sin embargo, se siente triste de ver
que en aquella calle de enfrente hay oscuridad. Entonces corre hacia
esa otra calle para iluminarla, y al llegar, vuelve a sentirse plena,
pero al voltearse se da cuenta que la calle ha dejado atrás, ahora
está apagada. Le preocupa la oscuridad de su alrededor, por lo que
todos los días recorre las calles de su ciudad, intentando que su
luz llegue al máximo de personas.
Cada
uno de nosotros formamos este mundo de oscuridad, y esta oscuridad no
proviene de “la nada”, proviene, precisamente, de cada uno de
nosotros. Hay personas que están muy apagadas, y que se centran
tanto en luchar contra la oscuridad, que ni se dan cuenta que ellas
mismas están contribuyendo a ello. Otras tienen luz, pero es una luz
tenue, y se conforman con ello, sin entender que la luz, como el
amor, hay que compartirla, y que cuanto más das, más recibes. Si
estas personas pudieran darse cuenta de esto, brillarían como soles.
Por último, hay personas de luz, personas que no se centran en el
problema, sino en la solución, que no se centran en la maldad, sino
en el amor, que no se centran en la oscuridad, sino en la luz.
Personas que son conscientes de la oscuridad que hay más allá de
ellas, y desean dar de su luz a todo aquel que quiera, porque saben
que una sola persona no puede iluminar un mundo entero.
Basta
ya de quejarnos, basta ya de centrar todas nuestras energías en ver
lo mal que están yendo las cosas, basta ya de utilizar nuestros
recursos para derrotar a los “apagados”, basta ya de luchar
contra la oscuridad. ¡Encendámonos! Si supiéramos el potencial que
hay dentro de nosotros, si supiéramos cuanta luz podemos llegar a
desprender…no nos molestaríamos en luchar contra la oscuridad,
simplemente, le daríamos al interruptor.
Quiero
brillar, quiero dar de mi luz, quiero iluminar un poco más el mundo.
¿Y tú?
Aisha Martínez
Buena entrada! Por cierto, es "Yin Yang", no "YinG* Yang".
ResponderEliminarHola Fonso747:
EliminarCreo que te has confundido, te explico: Lo que tu pones de "Yin Yang", son dos conceptos del taoísmo que se aplica a la dualidad de todo lo que existe en el universo.
Lo otro, es decir, "Ying Yang", es el título de mi blog, que aunque parezca que se refiere a lo mismo, son dos cosas distintas....las dos palabras van con "g" al final.
Un saludo y gracias por tu visita y respuesta.