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22 de agosto de 2014

La inteligencia emocional en una entrevista de trabajo (2ª parte)

En nuestra primera parte, ya vimos lo importante que es afrontar con inteligencia emocional una entrevista de trabajo.

Mucha gente, bueno, casi todos, afrontan esta acción como una especie de prueba, algo que hay que superar, una oportunidad que hay que conseguir para poder entrar en el maravilloso mundo laboral.

Pero hay una serie de situaciones que, si las utilizamos de forma correcta, harán que aumenten mucho tus posibilidades de éxito, o por lo menos de no quedar como uno más del montón.


-Tu historial y curriculum


Bueno, entramos ya en lo mejor que tiene una entrevista de trabajo, y es cuando empieza el bombardeo de preguntas por parte del entrevistador o jefe.

Su objetivo es obtener la mayor información posible sobre tí, pero piensa siempre que a día de hoy, hay ya multitud de empresas que no solo buscan curriculums cargados de cursos, licenciaturas y numerosas hazañas de guerra, sino otro tipo de cualidades que no se basan en aquello que sabes.

Me acuerdo cuando entrevisté a un chico una vez para un puesto de marketing telefónico. Se presentó muy educadamente, tenía estudios universitarios, gran variedad de cursos realizados, y su curriculum era de varias hojas.........¡¡pero!!, vi en él que tan solo respondía a mis preguntas de forma escueta y directa, casi siempre con un "si" o un "no".
Todo cambió cuando le dije que me hablara un poco sobre sus gustos y hobbies en su vida. Se quedó sorprendido y se quedó callado un rato pensando si yo estaba bromeando.

Cuando vio que le volví a repetir la pregunta, empezó a hablarme con un diálogo muy retrasado conforme a los estudios que decía tener. Reiterativo en algunas palabras, con lenguaje entrecortado, dubitativo, como si le costara mucho esfuerzo en hablar con naturalidad.

Le pregunté: "¿Realmente serías capaz de convencer a una persona para venderle algo por teléfono si no la conoces de nada?"
Me respondió: "Me costaría mucho trabajo, porque me cuesta mucho expresarme"

Entiendo que por desgracia, en la actualidad, la sociedad de hoy se encuentra tan rondando la pobreza, que la gente necesita trabajar en donde sea y echa por ahí curriculums y acude a entrevistas sin saber tan siquiera a qué puesto tendrían que enfrentarse.

Es como si yo fuera tu entrevistador y me estuvieras diciendo que acudes a mi empresa porque es la primera que te ha llamado o porque necesitas trabajar en algo. Probablemente serás uno más del montón y no llamarás para nada la atención, con lo que seguirás en tu rutina de buscar por buscar.

Cuando uno afronta una entrevista, debe mostrarle al "jefe" que no es que tú necesites trabajo, sino que es su empresa la que necesita a un trabajador como tú, y para ello tienes que saber a donde vas, con quien te enfrentas y cuáles son sus cualidades (en otras palabras, que sepas quien es el que te entrevista y para qué).

Tú no debes aparentar el querer lo primero que te ofrezcan, sino tener la seguridad en tí mismo de que aquel que te contrate, habrá hecho un buen trabajo.

Bueno, vamos al grano....

-Seguridad en tí mismo:

Primordial y esencial. Tienes que acudir a una entrevista sabiendo a qué se dedica la empresa, qué busca y cuáles serían tus posibles trabajos a cubrir dentro de ella.

Recuerdo a un chico que cité a una entrevista para una aseguradora y cuando entró por la puerta de la oficina, lo primero que me preguntó fue: "En esto de las compañías de seguros, ¿qué hay que hacer?"
Bueno, la entrevista tan solo duró cinco minutos de pura cortesía ( ya me entiendes, ¿verdad? ).

Tienes que dar a entender que tienes conocimientos en el sector en que quieres entrar y que sabes de lo que hablas, y aunque no fuera así, haz todo lo posible por no aparentar dudas e inseguridad.

Si no sabes de algo, no especifiques ni concretes que no lo sabes, sino desvía el tema para que te aclaren mejor la situación y te de tiempo y claridad para pensar lo que debes hacer y decir (no me seas burro e ignores o cambies de tema así porque sí).

-No mientas ni engroses tu pasado:

La verdad, aunque sea mala, es mucho mejor que la mentira que parece buena.

Muchos de los que entrevistan en algunas empresas, tienen ya cualidades para detectar si una persona está mintiendo o exagerando aquello que dice.
Recuerdo a un antiguo jefe mío que me enseñó cómo entrevistaba a los futuros responsables comerciales y administrativos de su empresa.
Se sentaba delante de ellos, les hacía unas cuantas preguntas como años de experiencia, cual fue su primer curso realizado (aunque lo pusiera en el curriculum), cual fue el último, y determinadas preguntas e iba anotando las respuestas de las personas en una libreta.

Después, pasados unos días, los volvía a citar para una segunda entrevista y les volvía a hacer las mismas preguntas. Me quedé asombrado cuando comprobé con mis propios ojos que más del 80% de los entrevistados respondían respuestas distintas a las mismas preguntas.

Esta situación hacía ver que la persona no se conocía a sí misma, o que sencillamente mentía y quería colarla de alguna forma, dando a entender algo que no era verdad.
La verdad se mantiene sola. La mentira requiere un enorme esfuerzo y trabajo para mantenerla viva durante el tiempo.
Pero en estos momentos en que debes mostrar tu experiencia y tu pasado ante el que te está entrevistando, se aprecian algunas cualidades que son muy importantes como la sinceridad, la predisposición, la motivación, el sentido común, etc....

Por tanto, si tu curriculum es débil y vacío, maquíllalo, pero no le hagas cirugía estética, porque al final descubrirán la verdad.

El éxito en este tipo de situaciones no se basa en aparentar ni engañar, sino en sacarle el máximo partido a lo poco que tienes y centrarte en tus cualidades, elevándolas a la máxima potencia.

-Cómo responder a las preguntas:

Cuando te hagan una pregunta, y el "jefe", esté esperando tu respuesta, no respondas de forma inmediata, es decir, deja dos segundos para dar tu respuesta.
Esto simplemente se hace para decirte a tí mismo que eres tú el que controla y que no estás siguiendo la inercia y el ritmo impuesto por la persona que te hace las preguntas.

Es una forma de autocontrol que inconscientemente te devuelve a tu realidad para que no te pongas nervioso ante ninguna de las preguntas que te hagan.

No temas tomarte tu tiempo para pensar, puesto que aunque algunos piensen que da inseguridad, no es del todo cierto y más bien, muestra que la persona piensa lo que dice (¡¡Ojo!!, que no estoy diciendo que se invente la respuesta). No cometas la estupidez de quedarte pensando quince segundos cuando te pregunten qué edad tienes.

-No muestres tu faceta de "lameculos": 

Te preguntan: "¿Por qué estarías interesado en trabajar con nosotros?" y vas y respondes, "porque vuestra empresa es la mejor". Eso suena al más puro estilo del Sr. Smither (de la saga de los Simpson).

Hay muchas formas de responder, como: "Me gusta el estilo de trabajo de su empresa", "es la que mejor se adapta a mis perspectivas de futuro" o " es la que me da más posibilidades de ascender" o también "es la que me inspira más seguridad".

-El arte de hacer de las preguntas, parte de tu vida:

Y me dirás ¿y eso cómo se hace? y ¿para qué sirve?. Pues es simple, y consiste en responder a aquello que te preguntan, de forma que muestres y aparentes aquello que estás diciendo.

Se trata de convertir tu respuesta en una rutina para tí, es decir, te hacen una pregunta y no tienes que limitarte a decirle la respuesta concreta, sino aportar el valor añadido de que eso que has dicho forma parte de tu vida.

PREGUNTA
-¿Tiene usted conocimientos de informática?

RESPUESTA COMÚN                                    RESPUESTA IDÓNEA
-Sí, los tengo.                                                     -Sí los tengo. Además llevo casi todo el control económico
                                                                          de mi familia a través del ordenador, y si puedo, hago casi
                                                                          todas las gestiones posibles a través de internet.

La primera respuesta es la común, la del montón, mientras que la segunda aporta el valor añadido de que sabes de lo que hablas porque es parte de tí y de tu día a día.
Y así con todo lo que puedas.

Bueno, como veo que todavía me faltan algunos puntos muy importantes, los dejamos para la tercera parte.

¿Qué te está pareciendo el arte de afrontar una entrevista de trabajo con inteligencia emocional? Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Autor: Ying Yang


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