Todo el mundo busca cómo ser feliz, cómo tener éxito, cómo tener dinero...y cosas así, pero normalmente, cuando se piensan en estos conceptos, parece como si nuestra mente lo proyectara en un proyecto a medio o largo plazo.
¿Es que acaso no puedo ser un poco más feliz cuando me levante mañana por la mañana?
¿No puedo ser mejor de lo que soy hoy?
Pues claro que sí.
Lo que sucede es que tu rutina estará ahí para impedírtelo.
Tus conexiones neuronales y tu dependencia emocional hacia tu entorno, también te lo impedirán.
Y tus ataduras y cargas, te frenaran tanto que preferirás seguir en el camino de siempre, que es donde normalmente te sientes cómodo.
Y para colmo, tu inteligencia emocional sigue ahí durmiendo como un lirón.
Ya sabes lo que le ocurre a la gente que hace lo mismo de siempre, ¿verdad?.
Pues vamos al tema, y vamos a comprobar cómo puedes ser un poco más feliz que hoy, cuando te levantes mañana por la mañana.
Ya vimos la forma material, es decir, los actos físicos que tenías que hacer para ser un poco más feliz que ayer en 7 pasos. Pero ahora vamos a ver el tema desde un punto de vista mucho más profundo y a nivel mental y totalmente emocional.
No eres más feliz porque todavía no has cambiado de software emocional
Eso ha sonado demasiado complicado, ¿a que sí?.
Pues verás que no lo es.
Un software emocional es el programa que se crea en tu mente a base de repetir tus actividades y crear tus hábitos y rutinas.
Ya sabes que toda acción trae consigo una emoción, ¿verdad?.
Pues cuando repites muchas veces una misma acción, esa emoción cada vez se produce con más y más facilidad y rapidez.
Debido a esa "rapidez" en saltar, hace que llegue un momento en que apenas la percibamos y recabemos la verdadera esencia de dicha emoción.
Imagínate que cada día que te levantas le das un beso a tu pareja.
Esa acción, es decir, el beso, te genera una emoción contigo, es decir, te hace sentir bien, enamorado, cosquillitas en el estómago, o lo que sea....
La primera vez que lo haces, esa emoción es super intensa, porque es la primera vez y tu cuerpo no está acostumbrado a recibirla.
Pero cuando llevas cinco años haciendo lo mismo (que no creo que ninguna pareja aguante ese ritmo) ese beso matinal, sigue generando la misma emoción, pero como ya tu cuerpo está acostumbrado a ella, pues prácticamente sucede de forma casi instantánea.
Como consecuencia, apenas notas nada.
Así ocurre con el 99% de cosas que nos suceden en nuestro día a día.
Y eso crea un programa o software que queda colocado en nuestra mente.
Es decir, una especie de rutina emocional que hace que nuestra vida sea cada vez más insípida.
Pero las emociones son las mismas que una vez te excitaron, alegraron o llenaron de energía.
Pero tu cuerpo empieza a dominar a tu mente y a acostumbrarse a ese tipo de emociones, con lo que ya está tan acomodado a ellas que apenas lo nota.
Ese software emocional hay que destruirlo como quiera que sea.
Pero de eso hablaremos en otro post algo más profundo.
Aquí vamos a dar el simple paso de no seguir las órdenes de dicho software.
Con lo que nos volveremos un poco menos dependiente emocional de nuestras rutinas, para hacernos algo más conscientes de nuestras propias emociones.
Suena a lío, pero no lo es.
Bueno sí lo es para el que no quiera verlo, pero es lo que hay.
Desprogramando una sóla emoción
Pues vamos a empezar.
Imagínate cómo va a ser tu día de mañana.
Seguro que no te será complicado hacerte una idea mental de las cosas que tendrás que hacer, hasta con sus propios detalles, ¿a que no?.
Elige una emoción que te gustaría "NO EXPERIMENTAR" a lo largo de ese día futuro.
Por ejemplo, sentir ira o rabia cuando tu jefe venga a darte el sermón de los lunes o el enfado que pueda causarte el que te tengas que pasar 45 minutos para aparcar el auto.
Cualquier cosa que te haga sentir una emoción negativa (generada por algún tipo de acción en particular).
Como nuestra mente no distingue entre realidad o ficción, vamos a imaginarnos a nosotros mismos sufriendo esa emoción negativa, antes que suceda.
Es decir, ponte ahora a sentir en tu mente lo que sabes que mañana sentirás.
¿Que qué ganas haciendo eso?
Pues consigues que sientas esa emoción pero cuando estás en un periodo de tranquilidad y no en plena acción en la que prácticamente se generará sin que apenas te des cuenta.
Eso es muy importante porque conseguirás ver las cosas que te suceden desde un punto de vista mucho más profundo.
Después de esto, hay que admitir que esa emoción ha estado dentro de tí y que sigue ahí día tras día.
Admite que te comportas así debido a dicha emoción.
No importa lo mal que te sientas, simplemente reconoce cómo te comportas y habla contigo mismo diciéndote que no quieres volver a sentirte así ni a comportarte guiado por esa emoción.
"Reconozco que cuando mi jefe empieza a sermonearme sin razones aparentes y creyendo saberlo todo, me entran ganas de pegarle un puñetazo y salir gritando de ahí diciéndole cuatro cosas a la cara. Eso me hace sentirme enfadado, impotente y con una gran tensión el resto del día. No quiero seguir así y no quiero sentirme así porque una persona (mi jefe) me diga algo. De verdad no quiero sentirme de esa forma"
Un detalle, no le pidas a tu mundo que cambie, sino pídete a tí mismo ese cambio.
Lo que haga tu entorno no es de tu incumbencia.
Una vez hecho esto y reconocida tu realidad y tu emoción negativa, pídele que no vuelva más a tí.
¿Que le hable a una emoción?
No....que te hables a tí mismo pidiéndote que esa emoción no vuelva más a aparecer por tu mente.
Tienes que liberte de ella y lo que casi nadie prueba es el método más fácil....decírselo a uno mismo.
¿Y eso porqué?
Porque cuando lo haces, te estás diciendo a tí mismo casi sin que te des cuenta, que aunque hayas dejado que tu vida corra en piloto automático mucho tiempo, todavía tienes el poder de controlar las emociones y puedes hacer uso de esa inteligencia emocional que te hace ser mejor.
Es una forma inconsciente de recordarle a tu mente que el que manda sobre tus emociones eres tú.
Y por último, es hora de que te pidas a tí mismo (como una especie de obligación a cumplir) que tendrás que resolver de cualquier otra forma alguna acción que te vuelva a traer como recuerdo esa emoción negativa.
Es decir, tienes que decirte a tí mismo que a partir de ahora, cuando tu jefe venga a tí con el ceño fruncido y sepas que va a empezar el sermón de las doce, tendrás que reaccionar por obligación de otra forma.
No importa la que sea ( no te preocupes demasiado por eso), ya se ocupará tu mente de encontrarte alguna forma de reaccionar, pero lo importante y en lo que debes centrarte es que debes bloquear el que salte tu emoción negativa de la que querías desprenderte (o mejor dicho, ya te has desprendido).
Piensa en sonreirle, (aunque no tengas ganas de ello), en mirarlo y pensar en otra cosa, en no pronunciar palabra ni reprocharle nada, o mejor aún en decirle simplemente en lo que no estás deacuerdo.
Lo importante de esto es que tienes que impedir que tu mente salte de forma automática generando esa emoción de la que te quieres desprender.
Simple y sencillo.
Pues ahora, ya puedes acostarte tranquilamente pensando en que mañana será un día un poco mejor, porque te aseguro que lo será.
Ves que no te he pedido que hagas un curso sobre cómo ser feliz o como sentirse mejor. Es más sencillo que todo eso.
¿Y el plazo para conseguir resultados?
Pues de un día para otro.
Eso sí, poco a poco.
Emoción tras emoción.
Mañana levántate con todo esto en tu cabeza, con todo preparado y con esa emoción negativa en el punto de mira casi a punto de hacerla desaparecer de tu día a día.
Aunque no lo creas, eso te hará sentirte mejor y afrontar el día con otro enfoque.
Fundamental para alterar las conexiones que tienes en tu mente y romper con esa rutina de zombie.
Llegará un momento en que tu software emocional del que hablábamos, se vea incompleto y empiece a fallar debido a que sus componentes básicos (esas emociones) ya no se ejecutan de forma automática como estaban haciendo hasta ahora.
Por tanto, se volverá lento y querrá abandonar tu mente él mismo.
Entonces te sentirás más libre, más perceptor de lo que te rodea y perderás esa dependencia emocional hacia tu entorno.
Disfrutarás más de lo que te sucede y no te afectarán tanto las cosas malas que te pasan.
¿De eso se trata, no?
Entonces qué....¿vas a intentar ser un poco más feliz cuando te levantes mañana? ¿eres capaz de desaprender tan sólo una emoción negativa que tengas en tu rutina diaria?
Una sóla...es el reto que te pido.
Realmente es sencillo, es educar nuetra mente a deshacerse de las emociones negativas y aprender a ver lo positivo de cada momento de nuestras vidas.
ResponderEliminarMe gusto el post.
Muchas gracias Migi k.
EliminarUn saludo y gracias por comentar.
Excelente, y el hecho tambien de percibir aquellas cosas que nos hacen felices, olvidamos que hay cosas que tenemos que nos hacen felices y que olvidamos darle esa importancia, el poder cer, oir, hablar, caminar todo eso, imaginar que no lo podriamos tener al siguiente dia, causaria tristeza, pero si en vez de esto reconocemos cada dia que tenemos lo mejor.. Seremos felices.
ResponderEliminarExacto Alice:
EliminarCuando perdemos ciertas cosas es cuando realmente empezamos a apreciarlas.
Un saludo y gracias por comentar.
Yo pensaba que ya no habían más bloggeros que me impactaran para bien, pero todos estos maravillosos post me han cambiado todas mis visiones deseaperanzadas. Mis felicitaciones. Me encanta la claridad y sencillez con la que te expresas.
ResponderEliminarMuchas gracias Lenny. Sin duda, comentarios como el tuyo son los que alientan a mejorar día tras día.
EliminarMe alegro mucho de que mis posts te hayan cambiado tu forma de ver algunas cosas.
Un abrazo y te deseo lo mejor.
Excelente es lo que busco
ResponderEliminarGracias, me alegro de que lo hayas encontrado.
EliminarUn saludo y gracias por comentar.