Casi seguro que habrás oído el experimento del ascensor.
¿Que no?... Pues se trata de un estudio para demostrar cómo de potente era la influencia social y del entorno en uno mismo.
Porque aunque no lo creas, todo lo que te rodea ejerce cierta influencia en tí.
Y en algunas personas llega hasta el punto de dejarse manipular.
Y todo, ¿porqué?, ¿para qué?.
Porque así lo hacen todos.
Tenemos la estúpida costumbre de creer que lo que haga la mayoría es lo correcto.
Sin cuestionarlo, sin estudiarlo, sin analizarlo.
Simplemente si los demás hacen algo, tú también tienes que hacerlo.
El experimento del ascensor
Pues el estudio era sencillo.
Una persona entraba en un ascensor lleno de gente y de repente se encontraba a todas las demás personas mirando hacia el fondo.
Todos estaban en la misma posición y con la cara mirando hacia la pared trasera del ascensor.
Mientras el ascensor subía, la persona empezaba a sentir curiosidad de porqué todos estaban en la misma posición y mirando hacia el mismo lado.
Conforme iba subiendo pisos, esa persona empezaba a sentirse más y más incómoda, puesto que parecía que era la única que no estaba mirando hacia atrás.
Esa curiosidad y dudas, empieza a influir en esa persona, la cual empieza a sentir que ella es la que está haciendo las cosas mal y los demás bien.
¿Por qué?
Por dos motivos:
- Porque los demás son mayoría.
- Porque no cuestiona lo que está sucediendo.
Es tal la influencia social que se ejerce sobre esta persona, que al final acaba haciendo lo que todos.
Poco a poco se empieza a dar la vuelta y se coloca en la misma posición que están los demás.
Cuando el ascensor llega al final y se abre, todas las personas (incluída la víctima) están mirando hacia la pared. Todas en la misma posición, todos iguales.
La mente de las personas se ve influenciada por las masas, sin cuestionar si hacen lo correcto o no.
Puedes verlo mejor en este video.
¿Pero porqué sucede esto?
Por la tendencia del hombre a estar en equilibrio con su entorno.
A nadie le gusta ser la oveja negra del rebaño, ¿verdad?
Pues seguimos pensando como un rebaño.
Aunque nuestra mente es individual, choca con la mente generalizada de las masas.
Si muchos dicen "SI" y tú sabes que la respuesta es "NO", probablemente tu mente se sentirá incómoda por no opinar como el resto.
Es una especie de estado de desventaja, es decir, si muchos dicen que sí, y yo digo que no, es más probable que me equivoque yo que soy solo uno, a que se equivoque el resto, que son la mayoría.
Es la inercia que nos trae la sociedad y el entorno en el que vivimos.
Todo propiciado también por llevar una vida en piloto automático.
Si te das cuenta de cómo transcurre tu día a día, descubrirás que ya apenas analizas lo que te sucede.
Simplemente te limitas a seguir un ritmo, una dirección, porque así lo has hecho siempre y porque así lo hacen todos.
Una especie de tendencia, que cuando se rompe, te hace dudar de si lo que estás haciendo es lo correcto o no.
Es curioso que aunque tengas la razón y el resto esté equivocado, eso no sirve de nada, debido a la gran capacidad que tiene tu mente para dejarse influenciar por la opinión y acciones de los demás.
Tus propios pensamientos se anulan y se cuestionan, para darle prioridad a los de tu entorno.
¿Cómo evitar la Influencia Social?
- Evitar ritmo de vida acelerado.
Parece que estamos en un mundo en el que prima la rapidez.
Y esa rapidez nos limita la capacidad de reacción.
Y al verse limitada nuestra capacidad de reacción, es más probable que hagamos lo que hacen los demás.
Aunque vaya en contra de lo que nosotros mismos creemos.
Porque no tenemos tiempo de corroborar si tenemos razón o no.
Nos limitamos a dar por bueno lo que hace el rebaño, para no perder tiempo en entender el porqué lo hace.
En el momento en el que pisas el freno y ralentizas tu día a día, todo cambia.
Porque aunque la sociedad y tu entorno quiera empujarte a que vayas más deprisa, tendrán forzosamente que detenerse para esperarte, si quieren que tú estés.
Cuando el ritmo de vida lo pones tú, empiezas a apreciar las cosas, a ver los detalles y a tener más tiempo para cuestionarte lo que haces y lo que piensas.
Y eso te ayudará a no verte influenciado.
- Desmembrar cualquier situación que tu entorno quiera hacerte ver.
Es tan fácil como buscar un porqué en cada situación que te encuentras.
Y si te das cuenta, cada "porqué" que añadas, te irá conduciendo a tí.
Porque en realidad, todo lo que te sucede es propiciado por tí mismo.
Cuando el sujeto que entra en el ascensor hace lo que hacen los demás, el problema no son los demás. El problema es él mismo.
Porque en el momento en el que cuestiona y analiza que lo que hacen todos simplemente no tiene sentido, le conducirá a confirmar que lo que hace él, sería la mejor opción.
Con lo que no se dejaría llevar por la situación de los demás.
Se trata de valorar la situación de forma objetiva, antes de cuestionarse si estás o no cometiendo algún error.
- Dejar de pensar que hay que integrarse y vivir para los demás.
Esta vida está diseñada para que la vivas y crezcas en tí y no en los demás.
El mundo que te rodea está ahí porque tiene el mismo derecho que tú.
Pero eso no quiere decir que tengas que seguir su ritmo y sus condiciones.
Que todo el mundo crea que es bueno tener trabajo fijo, no quiere decir que sea realmente bueno.
De hecho es un riesgo increíble el tenerlo.
Sin embargo, como todos lo tienen, te hace pensar que el que está fallando eres tú, porque eres el que no lo tiene.
Como no te has integrado, estás fallando.
No necesitas agradar a lo demás para ser feliz.
Porque no hay nada más estúpido que hacer cosas que no quieres, por tal que los demás se sientan bien.
Además es una contradicción, porque si no eres capaz de hacerte feliz tú mismo, cómo pretendes hacer felices a los demás.
Pues mintiendo y siendo quien no eres realmente.
O haciendo cosas que no quieres o no ves correcta.
Es una especie de supervivencia. Integrarse y pasar desapercibido para que nadie cuestione quien soy o lo que hago.
Y esto sucede porque te importa más lo que otros piensen de tí, que lo que piensas tú mismo.
Y porque no eres capaz de decir y expresar a los demás lo que realmente piensas y sientes.
Y porque no eres capaz de decir y expresar a los demás lo que realmente piensas y sientes.
En el momento en el que tu opinión y tus pensamientos ocupan el primer lugar y le das el puesto número uno en todo lo que haces, todo cambia.
La influencia social es el motivo por el cuál se han alzado grandes manipuladores a lo largo de la historia del hombre.
Personas y líderes que han controlado las masas, que han creado tendencias, que han diseñado modas y formas de actuar.
Precisamente por la enorme facilidad que tiene el ser humano de verse influenciado.
Y tú, ¿qué opinas sobre la influencia social? ¿Crees que te podría pasar a tí el experimento del ascensor?.
muy bueno el articulo me abre la mente
ResponderEliminarMuchas Gracias:
EliminarMe alegro mucho de ello.
Un saludo y gracias por comentar.
Excelente, como siempre.
ResponderEliminarHe discutido con gente que se desarma dando razones para hacer lo que los demás hacen y como no logran convencerme se ofuscan.
Cuando he hecho cosas según mi criterio sin seguir al rebaño me ha salido bien.
Hay un viejo adagio que dice: coma excremento, millones de moscas no puedes equivocarse.
No seamos moscas.
Alvaro.
Hola Alvaro:
EliminarNo conocía esa frase, me ha gustado mucho.
Tienes mucha razón, porque cuando haces cosas no influenciado por el poder del rebaño, tu mente las procesa sin sus antiguos parámetros, con lo que le permite ver las cosas con una claridad distinta.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Gracias y saludos.
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