Hoy quiero demostrarte cómo tu Inteligencia Emocional es tan poderosa que puede conseguir el efecto que tú desees en tu propio cuerpo.
¡¡Si, si!!, a nivel físico.
Es decir, vamos a hacer que tus pensamientos, provoquen cambios en tu estado fisiológico.
Aunque mucha gente no lo sepa, nuestros pensamientos no se encuentran por ahí flotando en nuestra mente para luego desaparecer sin tener su función propia.
Cuando piensas algo, se provoca una reacción en tu cerebro y éste ejecuta dicha reacción.
¿Cómo la ejecuta?
Pues envía a nuestro cuerpo una especie de mensajeros de dichos pensamientos que hemos tenido.
En el momento en el que nuestro cuerpo recibe el mensaje de esos pensamientos, reacciona igualmente enviando al cerebro otro mensaje como que está todo "OK" y que la reacción que va a provocar nuestro cuerpo, corresponde con lo que ha dicho nuestro cerebro.
Puede parecer un poco enrevesado, pero ahora lo entenderás mejor.
¿Realidad o ficción?
Imagina que tienes una fantasía sexual y estás imaginándote a la mujer/hombre de tus sueños delante de ti completamente desnudo/a provocándote sexualmente.
Todo imaginado, ¿eh?.
Cuando tienes estos pensamientos, tu mente activa un programa neuronal que hace que asemejes esos pensamientos con tus propios recuerdos. Es decir, tu mente lo que hace cuando piensas en algo, es ir a la biblioteca de tu pasado y asignarle a esos pensamientos una imagen.
Cuando estás pensando en esa fantasía sexual, automáticamente te llegan a la cabeza imágenes relacionadas con esa fantasía.
Este tipo de sustancia que hace que esto sea posible, se llaman "neurotransmisores".
Una vez sucede esto y empiezas a ver en tu cabeza esas imágenes sobre tu fantasía sexual, estos neurotransmisores vierten en nuestra sangre otras sustancias llamadas "neuropéptidos".
Los neuropéptidos son los que hacen llegar ese mensaje y esas imágenes que tienes ahora mismo en tu cerebro, al resto del cuerpo.
Este tipo de sustancias son super específicas en función de cuál haya sido tu pensamiento. Por tanto, al tener pensamientos sobre una fantasía sexual, los neuropéptidos que se enviarán a tu cuerpo, estarán diseñados exclusivamente para llegar a nuestras glándulas sexuales y activen su sistema hormonal.
¿Y qué sucede después?
Pues lo que ya sabes, tanto si eres hombre como si eres mujer (no voy a entrar en detalles ¿eh?)
El caso es que tienes una fantasía sexual y tu programa emocional automático se encarga de provocar una reacción física en tu cuerpo.
Increíble, ¿a que si?
Provocando ese cambio en nuestro cuerpo
Esto puede parecerte más o menos normal porque casi seguro que te habrás sentido identificado con este ejemplo.
Pero te hago una pregunta: "¿Qué sucedería si tú mismo pudieras controlar y provocar ese cambio en tu cuerpo?"
Es decir, imagina que igual que cuando piensas en una fantasía sexual, se te levanta tu miembro, pudieras provocar que pensando en algo en concreto, te sintieras extremadamente feliz y lleno de ánimos.
¿Crees que sería posible?
Ya te digo de antemano que es totalmente posible.
El proceso que acabo de explicarte mediante este ejemplo, se puede aplicar a cualquier situación que tengas en tu día a día.
El funcionamiento de nuestro cerebro es el mismo.
Y funciona igual tanto para los pensamientos y reacciones positivas (como la del ejemplo), como también para las negativas (las que la mayoría de las personas suele experimentar).
Imagina que si piensas mucho en una situación negativa y catastrófica, tu cerebro hará exactamente lo mismo que hemos hablado.
Enviará los neurotransmisores correspondientes y hará que tu cuerpo responda a ese tipo de pensamientos.
¿Y qué sucede entonces?
Pues que irremediablemente te sentirás mal a nivel físico.
¿Y qué hace la gente por costumbre?
Querer buscar soluciones también a nivel físico.
¿Y dónde está el verdadero problema?
En nuestra mente y en la forma en la que procesamos nuestros pensamientos y las emociones que provocan.
Muy interesante, ¿verdad?.
No sabemos cómo ir más allá de nuestro cuerpo
Pues ese es un problema grave y que todo el mundo tiene.
Creemos que nuestro cuerpo va por un lado y nuestra mente por otro.
Y eso es todo un error.
Puede que tengas un día de perros, que te hayas levantado con un humor malísimo y no tengas ganas de nada.
Te duele la cabeza, te sientes fatal, no tienes ánimos para nada.
¿Qué haces?
Lo más probable ir al mueble, buscar una aspirina y tomártela a ver si todo se te pasa y sigues con tu tortura...¡¡perdón!!, con tu maravilloso día.
No somos capaces de generar pensamientos y emociones positivas cuando nos sentimos físicamente mal.
¿Por qué?
Porque nuestro cuerpo es el que nos controla y no al contrario.
Desde siempre se ha dicho que el cerebro es el ordenador que lo controla todo.
Pero...¿crees que eso es así?
¿Puedes corroborar eso en tu día a día?
Yo pienso que no.
Lo más probable es que cuando te sientes decaído, sin ganas de nada, deprimido o lo que sea, te tires en tu sofá, te eches una siesta, te tomes algún medicamento y trates de hacer algo para que tu cuerpo se sienta mejor.
Pero....¿no acabo de decirte la fórmula perfecta para que controles tu cuerpo?
¿Por qué sigues sin poder controlarlo?
Entiendo que cambiar tus hábitos y forma de pensar de la noche a la mañana no es nada fácil.
Pero todo es porque no dominas lo suficiente tus pensamientos y emociones como para poner en práctica lo que te he comentado antes.
Tu Inteligencia Emocional no llega a más. Está obsoleta, llena de telarañas y de polvo.
Y prefieres seguir creyendo que tu realidad física es la que tiene que encargarse de hacer mejorar tu estado físico.
Error.
Pero error de los gordos.
Es necesario que aprendas a ir más allá de tu cuerpo y romper con ese programa automático que te hace ser como eres y sentirte como te sientes ahora.
¿Te gustaría saber más sobre este tema?
¿Quieres desarrollar una Inteligencia Emocional poderosa capaz de diseñar tus propios programas mentales y controlar tu realidad física, incluído tu propio cuerpo?
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